“Me habría reído si hace un año me dicen que iba a ganar el Manomanista. Siempre lo piensas y nunca pierdes la esperanza. Por eso todo ese año estuve entrenando en vez de estar haciéndome la víctima de ‘por qué me ha pasado a mí”, comentó ayer Unai Laso en la rueda de prensa. A estas alturas de 2021 estaba regresando a profesionales y como él aseguró: “Es una recompensa al trabajo de estos dos años desde que estuve fuera. Seguí entrenando y jugando en aficionados. Si crees en ti y en el trabajo que haces con los de tu alrededor, llegan las txapelas. Ha llegado por fin y entras en la historia de le pelota”.
El delantero de Bizkarreta-Gerendiain fue el amo y señor del encuentro: “No te esperas este resultado. Desde el principio he estado muy centrado. Sabía que tenía que atrasar la pelota, sacar bien y seguir dándole. Le he anulado completamente y no ha podido hacer su juego. Le he arrimado mucho para que no cogiera la volea, que es su arma fundamental. Psicológicamente muy contento de no ponerme acelerado y estar centrado, eso también está trabajado”.
“Ha habido algunos momentos que ha hecho algún fallo, pero recalcaría que he estado centrado”, apuntó el de Baiko, que añadió sobre el partido: “Aunque haya sido este resultado, es muy distinto cómo lo vives, cada pelotazo. Es muy duro”. Y se acordó de Joseba Ezkurdia, del que reconoció que hizo “un gran campeonato”.
Laso recordó que “las otras finales (Cuatro y Medio y Parejas) había jugado bien y había hecho el trabajo igual de bien. Ha sido la guinda a todo el año”. Si una cosa tiene clara, es que este triunfo no se le va a subir a la cabeza: “Como en los malos momentos, hay que tener los pies en el suelo, seguir con los tuyos, trabajar igual y humilde. Como soy yo siempre”.
Con la victoria de ayer, Baiko rompió una racha de cinco años sin ganar un campeonato. “Me alegro un montón por la empresa para cortar esta mala racha. La última fue de Bengoetxea y me da mucha alegría hacerle este relevo porque es un gran amigo”, dijo Laso, que dedicó la txapela a su gente: “A mi familia, al preparado físico (Egoitz Carrión), a los amigos, a los aficionados que me animan, a Aitor Alduntzin que vivo con él. Me aguanta muchas cosas y yo a él también. La txapela es para ellos”.
El nuevo campeón Manomanista destacó el ambiente que se ha creado con la primera final del campeonato en Navarra y agradeció “todo el apoyo de este año”. Y de nuevo, tuvo presentes a los suyos: “Me quedo con las personas que estaban cuando yo estaba hundido fuera de la empresa. Por ellos estoy aquí, en ellos pienso siempre y con ellos voy a estar siempre”.
Hoy comienzan sus merecidas vacaciones después de una juerga a la altura ayer: “Disfrutar de este momento es precioso”, concluyó.
“Me habría reído si hace un año me dicen que iba a ganar, aunque nunca pierdes la esperanza”
“Como en ?los malos momentos, hay que tener los pies en el suelo, trabajar igual y ser humilde ”
Delantero de Baiko