El Aurrera de Vitoria y el San Viator afrontan hoy sábado (18.00 horas) una jornada apasionante en la que intentarán rubricar el sueño de ascender a la Tercera RFEF. Pero solo puede subir uno. El cuadro rojillo, líder con 56 puntos, depende de sí mismo para regresar a esta categoría tras cuatro temporadas en Preferente. Mientras tanto, el conjunto amarillo, segundo clasificado con 54 puntos, tratará de cumplir sus deberes y esperar el hipotético error del Aurrera para poder lograr un hito histórico.

Protagonistas de ambos equipos han compartido para DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA los momentos previos a un día trascendental en la historia de ambos clubes alaveses. Los nervios se encuentran a flor de piel, si bien es evidente que quien lo tiene en su mano es el Aurrera.

Dos de los integrantes rojillos, Abel Ruiz de Arbulo y Yeray Terrazas, tan solo tienen entre ceja y ceja hacerse con los tres puntos ante el Iru Bat. No en vano, dependen de sí mismos para materializar el objetivo ante su gente en Olaranbe. “Afrontamos el partido con muchas ganas y confianza. Somos un grupo que llevamos bastantes años intentando el ascenso a Tercera. Sí que tienes algo de nervios porque tampoco estás acostumbrado a jugar partidos importantes pero vamos con mucha confianza”, comenta Abel, a lo que su compañero Yeray añade que reúne una mezcla de ilusión, ganas y algo de nerviosismo. “Hay mucho en juego, en mi caso llevo cuatro años luchando por el ascenso y estar a las puertas de esa opción te da muchas ganas y nervios”, apunta.

Ambos futbolistas, que llevan prácticamente toda la vida defendiendo los colores rojillos, explican que el ascenso era el principal objetivo con el que afrontaron los últimos cuatro cursos, aunque esta es la ocasión en la que están más cerca de cumplir la meta. “Desde que bajamos el objetivo era regresar cuanto antes y se nos ha alargado. Las dos últimas han sido temporadas extrañas por la pandemia. Por suerte somos un grupo muy bueno y llevamos años juntos”, precisa Ruiz de Arbulo.

Terrazas, por su parte, admite que depender de ellos mismos es un punto a favor: “En las anteriores temporadas por unas circunstancias u otras íbamos por detrás y ahora, al depender de nosotros, es una lucha en la que, lo que nosotros hagamos, nos va a llevar a conseguirlo o no. El depender de nosotros puede ser mal, pero estamos tan convencidos de ello que esta vez nos aportará tranquilidad”.

Ambos coinciden en que el buen ambiente del vestuario y la unión entre jóvenes y veteranos ha sido una de las claves por las que el Aurrera es un firme candidato al ascenso a Tercera RFEF. “Cuando hay un objetivo así es importante tener un vestuario tan sano. Si se consigue el ascenso tendré una gran satisfacción porque es donde se merece estar el club. El Aurrera es de los grandes de Álava y Euskadi y tener un equipo en Tercera sería importante para seguir creciendo”, recalca Yeray. Abel, en el mismo sentido que su compañero, matiza que en esta temporada está “muy bien compensada” la juventud con la veteranía.

El objetivo del ascenso está casi a tiro, aunque la grandeza del fútbol reside en las sorpresas que depara. Aun y todo, Kiko García, directivo del Aurrera, explica que la posible llegada a Tercera se ve como una “oportunidad”. “Después de cuatro años en Preferente para nosotros es importante contar con un equipo en Tercera para que los que vengan por detrás tengan su oportunidad. La pena que tenemos en Álava es que la diferencia entre una categoría y otra es muy grande, pero desde la federación se está trabajando muy bien para intentar mejorarlo”, recalca.

El san viator no se rinde Si hay un equipo que se ha encargado de plantarle cara al Aurrera durante la fase de ascenso, ese ha sido el San Viator. Una escuadra que ha encadenado una racha de 16 jornadas sin conocer la derrota y que ha peleado de tú a tú ante un conjunto diseñado para cotas más altas.

Imanol Ganuza, su técnico, da el crédito de esta excelente temporada a sus jugadores. “Es un gran premio, tenemos mucha ilusión y si el Aurrera falla bien; pero si no, también. Hemos hecho historia este año quedando segundos y todo el trabajo viene desde atrás. El ascenso no era nuestro objetivo ni mucho menos, la gente está muy comprometida y hay mucha ilusión en el vestuario”, asegura.

Para Ganuza, la razón de los buenos resultados del San Viator reside en la disciplina de sus pupilos. “La clave está en el trabajo constante. Pero no solo mío, es algo de todo el club. La mayoría de jugadores conocen el club y es mucho más fácil llevar un equipo con jugadores de arraigo hacia el colegio. Lo llevan más dentro que otros y que sean gente de la casa ha ayudado mucho. Nunca me he encontrado un vestuario tan unido”, subraya.

En este sentido, Ganuza matiza que la frescura que aportan los jóvenes ha sido un extra a lo largo de la temporada: “El equipo es joven y eso se nota. De 30 años hay tres pero otros trece chavales son de primer, segundo y tercer año en la categoría de Preferente. Esa juventud se nota en las ganas que tienen de ganar, vienen de subir a Liga Vasca Juvenil y te da un plus”.

Pase lo que pase este sábado en su duelo ante el San Prudencio, donde entrenó hace varias temporadas, Imanol recalca que el hecho de llegar a la última jornada en segunda posición ya es un hito reseñable. “Es un premio y un sueño. El día que quedamos segundos el equipo ya lo celebró porque el Aurrera es el equipo que está diseñado para subir pero nosotros sabíamos que íbamos a dar guerra porque tenemos un buen equipo. Hemos ganado todos los partidos de la segunda vuelta. La gente se lo ha creído y es lo que nos costaba más en los anteriores años”, apunta orgulloso.

Entre sus pupilos se encuentra Rubén Gainza, quien, a sus 28 años de edad, lleva toda una vida ligada al San Viator. Según relata, la clave del éxito ha sido el colectivo. “Lo que tenemos es un grupo muy bueno. No creo que lo que destaque por nuestra parte sean unos jugadores espectaculares, que los tenemos, sino un vestuario que nos hemos ido formando desde años atrás y nos ha llevado a esta situación. La política del club siempre ha sido priorizar la gente del San Viator y eso crea un grupo muy bueno”, ensalza.

En este sentido, Imanol apunta que el San Viator ha ido de menos a más durante el transcurso de la temporada: “El objetivo nos lo ponemos nosotros mismos. El prioritario era mantenerse en la categoría como en todas las temporadas. No esperábamos llegar a este punto. En la primera fase por algún motivo parecía que jugábamos con algún tipo de presión por meternos en la fase de ascenso y una vez nos liberamos de esa carga hemos jugado como deberíamos”.

Sea cual sea el resultado ante el San Prudencio, Gainza se muestra orgulloso de sus compañeros y recuerda que el San Viator ha mejorado sus prestaciones con el paso de los años. “Desde que llegamos a Preferente, aunque la clasificación no lo reflejase, hemos ido a más en cada temporada. La gente que entra en el equipo, ya sean juveniles, acaban sumando y eso hace que el equipo mejore”, concluye. En definitiva, dos equipos y un destino final que no es otro que la Tercera RFEF.