Hoy era un día emocionante. Era el último día del reto. El último día de este reto solidario que me ha llevado a recorrer el Camino desde Francia hasta Santiago de Compostela durante casi 800 kilómetros.
No he dormido mucho, me imagino que por los nervios, y he arrancado justo con los primeros vestigios de luz.
Hoy me lo he tomado con más tranquilidad, hoy he disfrutado de cada paso que he dado, hoy he sido un auténtico peregrino.
El recorrido ha sido precioso, con subidas por bosques de cuento de hadas y pequeñas aldeas, con todos los servicios, eso sí.
El ritmo hoy era lo de menos, hoy había que llegar a la plaza del Obradoiro como fuera. La pierna dolía, pero daba igual porque la sonrisa que llevaba y la alegría interior hacían que no me diera ni cuenta.
Al llegar cerca del aeropuerto de Santiago ya se notaba, ya se olía la ciudad. Quedaban unos 16 kilómetros pero estos pasaban muy despacio. Todo cambió cuando vi el hito de 10 a la catedral.
Delante de mí el monte do Gozo, lugar desde donde ya se puede ver Santiago. Ahí me detuve un rato para, con emoción, repasar todo lo sucedido estos días atrás.
Ya bajo para la ciudad y empiezo a encontrar más peregrinos. Quedan cinco, cuatro, tres, dos, no se ve todavía ni rastro de la iglesia. A falta de 900 metros aparece una de sus torres. Ya lo tengo. Bajo una escalinata y ahí está. La espectacular plaza del Obradoiro se encuentra a mis pies.
Y en medio las familias, esas por las que andaría todavía más kilómetros si cabe. Sonia y Patricia son dos de las chicas afectadas con ataxia telangiectasia. Y no paran de sonreír y yo de llorar.
Gracias a todos los que han hecho posible esto, a mis compañeros de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, a Ana por venirme a buscar, a David y Bea por llevarme, a mi club de monte y al grupo Y ahora qué. A las familias de AEFAT, seguid luchando, yo estaré a vuestro lado siempre. A las empresas que han colaborado con el proyecto apadrinando etapas. A mis amigos y, cómo no, a mi familia, en especial a mi mujer Itsaso y mi hija Nahia. Gracias a todos. Reto conseguido.
Buen camino.