- “Seguro que no estamos contentos”. Es lo primero que dijo Ante Budimir ante el micrófono de Movistar LaLiga tras el último partido de Liga de Osasuna, el que el pasado domingo perdieron los rojillos contra el Betis en el Villamarín (4-1). “No queremos relajarnos. Queremos ser ambiciosos, y lo hablamos, porque estamos muy cerca de la parte de arriba, de meternos en la pelea, porque hay muchos puntos en juego todavía. Queremos ser competitivos, ganar todos los partidos”, prosiguió, resumiendo de esta forma los retos colectivos de su equipo, con la permanencia virtual en el bolsillo, para las ocho jornadas que restan para abrochar el campeonato.
Pero al delantero croata también le quedan unos cuantos objetivos personales por los que pelear de aquí a final de temporada. Para empezar, Budimir aspira mañana domingo ante el Alavés a marcar por tercera jornada consecutiva (hizo el 2-0 del 3-1 contra el Levante en El Sadar y el 2-1 del 4-1 contra el Betis en Sevilla), algo que ya logró en las jornadas 35 (en San Mamés), 36 (doblete al Cádiz en Pamplona) y 37 (en el Wanda Metropolitano) el curso pasado, en el que se erigió en el máximo artillero de Osasuna con 11 goles en Liga y otro más en Copa.
El atacante del conjunto navarro, el fichaje más caro de la historia del club, que el pasado verano pagó por él 8 millones de euros más IVA, persigue también mejorar sus registros (cuatro goles en Liga y uno en Copa) de una temporada en la que unos problemas de pubis le alejaron de la competición durante un par de meses (septiembre y octubre). En cualquier caso, Budimir presenta unos números muy similares a sus compañeros en la punta de ataque, Chimy Ávila y Kike García, cada uno con un gol más que el croata en Liga. Los tres aspiran a ser el pichichi de Osasuna, competencia de la que el equipo seguro que sale beneficiado.