- Superviviente, rehabilitado tras la espeluznante caída que sufrió en el Tour de Polonia de 2020 empujado por Groenewegen en un esprint maldito, a Fabio Jakobsen no le asusta la velocidad. Su oficio es el riesgo y el vértigo. Se siente cómodo. Siguiendo su instinto y el rebufo de Remco Evenepoel, un animal de tiro, el velocista neerlandés venció con enorme solvencia la primera etapa de la Volta al Algarve, que para él es una grata costumbre. Lagos es suyo. Es una tradición. Podría ser el alcalde de ese rincón del Algarve. Jakobsen venció en 2019 y en 2020, antes del tremendo accidente que le partió la cara. Recuperado del todo, repitió ayer. De ese modo sumó su tercer triunfo del curso.
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