El ministro de Migración de Australia, Alex Hawke, ha anunciado este viernes la cancelación del visado del tenista serbio Novak Djokovic. De esta forma, se reducen al mínimo las posibilidades de que el tenista pueda participar en el Abierto de Australia, que arranca este lunes. No obstante, a Djokovic todavía le queda volver a los tribunales a defender su caso.
Los organizadores del torneo incluyeron este jueves a Djokovic en el sorteo del cuadro, pero el ministro australiano de Inmigración, Alex Hawke, ha optado por cancelar su visado por suponer un riesgo para la salud pública.
La opción de recurrir de nuevo a los tribunales es posible, pero genera incertidumbre. El periodista y locutor de radio australiano Neil Breen indicó en Twitter que si el ministro de Inmigración australiano aprueba la deportación, el caso podría dirimirse en los tribunales la semana que viene. "(...) podría ser expulsado a mitad del torneo si el tribunal confirma la decisión del ministro. Se avecinan tiempos divertidos", agregó Breen.
El tenista serbio, conocido por sus críticas a las vacunas obligatorias, podría comenzar a jugar el torneo mientras se celebra en paralelo el proceso judicial, pero no podría terminar el campeonato si un tribunal llega a confirmar la hipotética cancelación del visado.
LOS ESCENARIOS DEL ABIERTO DE AUSTRALIA
Según las normas del torneo, si Djokovic tiene que abandonar el Abierto antes de que se publique el orden de juego del próximo lunes, su lugar en el cuadro será ocupado por el quinto cabeza de serie, Andrey Rublev, que a su vez será reemplazado por Gael Monflis, y este por Alexander Bublik.
En el hipotético caso de que se retirara después de la publicación del orden de juego, prevista para el domingo, entonces su puesto será ocupado por un jugador que haya perdido en la última ronda de clasificación.
Si debe abandonar el Abierto cuando ya haya disputado algún partido, el que fuera a ser su siguiente rival pasaría de ronda sin jugar.
La presión que lleva sobre los hombros Hawke es grande debido a que una demora perturbaría aún más el Abierto de Australia, en donde Djokovic busca conquistar su décimo título y consagrarse como el tenista con mayor cantidad de Gran Slams de la historia (21), por delante de Roger Federer y Rafael Nadal.
El fallo del tribunal de Melbourne del lunes que permitió la puesta en libertad de Djokovic fue un gran revés para el Gobierno de Scott Morrison, quien defiende a rajatabla la dura política de inmigración del país y aspira este año a la reelección.
Australia lucha contra un repunte de casos de la covid-19, que han pasado de menos de 2.000 contagios diarios en diciembre a casi 150.000 en esta semana, en medio de la escasez de productos por los contagios entre trabajadores esenciales.