- El Abierto de Australia sorteó ayer sus cuadros finales y en él estuvo incluido Novak Djokovic, que como primer cabeza de serie quedó emparejado con su compatriota Miomir Kecmanovic. Todo sería un trámite normal si no fuera porque aún no se sabe si el número 1 del mundo podrá jugar el torneo que empieza el lunes. Las autoridades australianas continúan sus pesquisas para tratar de resolver si Djokovic entró en el país de manera legal y, por tanto, no hay impedimento para que pueda defender su título. No puede dilatarse mucho la decisión del Ministerio de Inmigración, que en todo caso quiere tener todos los cabos bien atados porque el entorno del jugador apelará en caso de que le sea adversa.
Si el tenista serbio es deportado, influirá de forma muy importante en el desarrollo del torneo ya que pueden darse tres supuestos. Puede ser enviado a su casa antes de que se comunique el orden de juego por lo que correrían hacia arriba todos los cabezas de serie y cambiarían los emparejamientos. Puede suceder también que la decisión llegue con el torneo ya lanzado y en ese caso, entraría en el cuadro un jugador de la previa, que jugaría contra Kecmanovic sin alterar el resto de cruces, aunque limpiaría la mitad del cuadrante por la que transitará, entre otros, Rafa Nadal. Y, finalmente, si Djokovic es devuelto a su país después de que haya jugado algún partido, dejaría paso libre a su rival de la ronda que se trate.
El jugador de Belgrado aceptó los errores que pudo cometer en el proceso y habrá que ver si eso es suficiente para convencer a las autoridades australianas y cambiar la impresión que tiene mucha gente de que ha querido pasarse de listo. "Nole ha jugado con sus propias reglas. Él y una pequeña minoría han hecho que los demás parezcamos tontos", afirmó ayer Stefanos Tsitsipas, un jugador que se mostró en meses anteriores reticente a la vacunación, pero "no he tenido más remedio que hacerlo porque sabía que tenía que ser así". Por otro lado, el ruso Andrei Rublev consideró que en este asunto "hay muchos puntos grises. Están las normas que hemos tenido que cumplir y están los acuerdos a los que haya podido llegar Djokovic con Tennis Australia".
Así que la espera del arranque del primer Grand Slam del año sigue condicionada por un episodio mal manejado por todas las partes. Y es que la salud pública prevalece por encima de esto y ante el aumento de contagios en el estado de Victoria, donde se ubica Melbourne, la organización ha decidido que se juegue con la mitad del aforo. Las encuestas publicadas por los medios australianos no dejan en buen lugar a Djokovic, que puede cargar con una presión enorme y un ambiente adverso en cada uno de sus partidos, aunque ya ha demostrado que eso no le preocupa y que, incluso, le puede hacer jugar mejor.
Nadal podría encontrarse a Djokovic en semifinales, aunque eso parece ahora muy lejano. El balear debutará en primera ronda ante el estadounidense Marcos Giron en una parte del cuadro muy exigente. Por ahí va también Carlos Alcaraz, que se estrenará ante un jugador procedente de la previa.
Por su parte, en el cuadro femenino Garbiñe Muguruza comenzará ante la francesa Clara Burel en un recorrido que le podría cruzar en octavos de final con Simona Halep, en cuartos con Kontaveit y en semifinales con Sabalenka. La vasco-venezolana llegará tras caer en cuartos de final de Sydney ante la rusa Daria Kasatkina por un doble 6-4 en un duelo en el que el servicio no acompañó a la de Caracas.
Rafa Nadal tiene un cuadro complicado con Giron en primera ronda y ya el ruso Khachanov en la tercera. Zverev aparece en su camino en cuartos de final y Djokovic, en las semifinales.
Garbiñe Muguruza arrancará ante la gala Clara Burel en un inicio asequible y no se cruzará con Paula Badosa hasta una hipotética final. La catalana se estrenará ante la peligrosa australiana Alja Tomljanovic.