¿Qué le parece que se cobren los rescates de montaña?

-Creo que los rescates en montaña no se deberían cobrar. La Ertzaintza, que es la que hace los rescates, es un servicio público. Es una policía que pagamos todos y por ello debería ser un rescate gratuito. Además, el hecho de cobrar el rescate puede provocar que alguien no llame por no poder hacer frente a ese desembolso cuando pueda estar en una situación de necesidad y no debería ser así. Eso sí, también queremos hacer un llamamiento a la sociedad para que no se haga un mal uso de esos recursos. Que no se llame a un helicóptero porque se tiene sed. Hay que usarlos cuando de verdad los necesitemos, ya que puede pasar que hayamos llamado por una tontería y alguien que lo necesite, no pueda contar con él al estar en un incidente que no es tan grave.

¿Y si alguien pone en riesgo la vida de sus rescatadores ya que ha salido cuando hay una alerta?

-A ver, la Ertzaintza está preparada para esas cosas y ellos valoran. Si las condiciones no son favorables, el helicóptero no va a salir. Además, hay que dejar claro que si hay una situación de alerta, lo prudente es no salir a la montaña. Hombre, todo depende también de la formación que tenga cada uno. Para alguien puede ser muy peligroso subir al Gorbea con un metro de nieve y para un montañero experto como Alex Txikon, que se está preparando para ir al Manaslu, pues eso son las condiciones idóneas para entrenar. Pero recalco que, cuando hay una alerta y nos están diciendo que no salgamos, es por algo.

¿Ve muchas imprudencias en la montaña?

-Sí, pero la gente lo hace por desconocimiento. Los cometen de forma inconsciente. Los que vivimos en entornos urbanos estamos acostumbrados a que nos lleven de la mano y al cruzar por una calle nos advierten de que hay que mirar a ambos lados, cómo funcionan los semáforos, qué significan las señales... Todo eso lo vamos aprendiendo desde pequeño y adquirimos unas nociones de seguridad en un entorno urbano, algo que no se tiene en el monte. Nadie nos ha dado una formación en montaña. Nadie te dice: ¡Cuidado, esa roca que está mojada puede patinar! El medio natural es desconocido y no sabemos leer la montaña. No sabemos identificar los peligros que hay en la montaña.

¿Qué le parece el boom que ha surgido en los últimos años con las ultratrail, en las que hay lista de espera o las inscripciones van a sorteo al existir mucha demanda?

-Me sorprende, pero no negativamente. Me alegra ya que es una manera de que la gente se acerque a un entorno natural.

¿Ve a deportistas poco preparados y que acuden a este tipo de pruebas porque quizá está de moda?

-Tendríamos que ser todos más sinceros y honestos con nosotros mismos y saber a dónde podemos ir y a dónde no. Tenemos que autoevaluarnos y saber hasta dónde puedo llegar. Te puedes ir marcando un objetivo e ir acercándote poco a poco. Pero lo que no se puede es el primer día, pues intentar hacer la Hiru Haundiak, cuando no has andado en el monte. Hace falta una progresión adecuada.

Da la sensación de que últimamente la montaña se limite a las carreras o ascensiones de grandes cimas cuando es mucho más. ¿Lo ve así?

-Efectivamente. Las carreras son una parte. El ochomilismo es otra, pero tenemos familias que van a hacer senderismo, jóvenes que hacen escalada, rutas circulares, raquetas, esquí de montaña, alpinismo, otros que combinan el viaje de turismo con el montañismo...

¿Qué otra serie de actividades se están llevando a cabo desde la Federación?

-Aparte de las cuatro selecciones, damos cobertura a unos 250 clubes. Tenemos un comité de seguridad. Damos clases de seguridad en montaña. Reequipamos zonas de escalada. Tenemos un servicio médico, con médicos especializados en medicina de montaña. Las escuelas de alta montaña de las tres federaciones imparten cada fin de semana cursos... Escuelas por las que pasan al año 500 alumnos.

"Hacemos un llamamiento para que la gente no haga un mal uso de los recursos de salvamento y sea prudente"

"Tendríamos que ser más sinceros y honestos, ya que no se puede intentar la Hiru Haundiak el primer día"

"En 2020 teníamos 35.000 licencias y en 2021 sumamos 5.000 más; apuesto a que la mayoría se queda"