GETAFE: Soria; Damián, Cabaco (Min. 84, Nyom), Mitrovic, Cuenca, Olivera; Aleñá (Min. 74, Florentino), Arambarri, Maksimovic; Sandro (Min. 64, Jaime Mata) y Enes Ünal (Min. 83, Jankto).

REAL MADRID: Courtois; Lucas Vázquez (Min. 85, Peter), Militao, Alaba, Mendy (Min. 46, Marcelo); Casemiro, Kroos (Min. 85, Isco), Modric; Asensio (Min. 46, Hazard), Benzema y Rodrygo (Min. 67, Mariano).

Gol: 1-0: Min. 9; Enes Ünal.

Árbitro: Melero López (Comité Andaluz). Mostró cartulina amarilla a Rodrygo, Ancelotti y Casemiro por parte del Madrid y a Damián y Arambarri por parte del Getafe.

Incidencias: 11.890 espectadores en el Coliseum Alfonso Pérez.

- Un error garrafal de Éder Militao condenó al Real Madrid, que perdió 1-0 ante el Getafe para regresar a la senda de la derrota once jornadas después y dejar en manos del Sevilla la posibilidad de apretar una liga que hasta el momento dominaba con contundencia. Inmaculado durante todo el curso, parecía imposible ver un fallo decisivo de Militao. Con David Alaba, nadie echaba de menos a la pareja formada por Raphael Varane y Sergio Ramos. Su jerarquía era intocable este curso. Sin embargo, en tan solo un par de segundos, Militao se hizo humano y, por una vez, provocó que su equipo perdiera puntos.

Su fallo, en los primeros minutos del duelo, no lo desaprovechó Enes Ünal, que con su tanto impulsó al Getafe hacia cotas insospechadas hace no mucho tiempo. De repente, el conjunto del sur de Madrid está tres puntos por encima del descenso, algo inimaginable cuando se fue Míchel. Y es que, al final, sin el protagonismo de los positivos por coronavirus, el fútbol se abrió paso en el Coliseum Alfonso Pérez, donde el Getafe quería alargar el efecto Quique Sánchez Flores, el gran artífice del resurgimiento de un equipo desahuciado hace no mucho tiempo. Resucitado en la pelea por la permanencia, el conjunto azulón se presentó a la cita dispuesto a plantear batalla con poco que perder y mucho que ganar ante el todopoderoso líder.

El Madrid, como se esperaba, se encontró con un muro de hormigón. Quique lo tiene claro. Desde que llegó al Getafe, ha sabido exprimir a la perfección a su plantilla. Ha elegido a sus gladiadores (casi siempre repite alineación), a quienes recoge atrás con una línea defensiva de cinco prácticamente impenetrable. Con esa premisa, y con aguijonazos al contragolpe, ha montado un grupo muy seguro con lo que hace y capaz de generar problemas a cualquiera. De ellos no se escapó el Real Madrid, que además cometió el peor pecado posible que se puede cometer frente al Getafe: ponerse por detrás en el marcador. El error infantil de Militao a los diez minutos condenó a la escuadra madridista a saltar un muro aún más resistente.

El 1-0 obligó al Madrid a intentar poner una marcha extra de velocidad en el manejo del balón para intentar romper las líneas del Getafe. En ese instante, apareció Luka Modric, que dejó 25 minutos excelsos en los que mostró, una vez más, y van infinitas, su inmensa categoría.

Uno de los menos afinados, Asensio, dejó el partido en el descanso. Hazard apareció en la segunda parte junto a Marcelo, que también sentó a Mendy, y el Madrid esperaba un reseteo total para dar la vuelta a un resultado peligroso después del primer acto. Los cambios de Ancelotti no tuvieron el efecto deseado. Hazard, como Asensio, fue otra figura demasiado estática y el Madrid necesitaba electricidad. Justo la que perdió sin Vinícius. Ni Asensio, primero, ni Hazard, después, fueron capaces de hacer olvidar la figura del brasileño. Y, al final, el conjunto blanco lo pagó caro.

Si el equipo de Julen Lopetegui gana los dos encuentros menos que tiene que los hombres de Ancelotti, se colocará a solo dos puntos del liderato. De repente, la liga podría tener gancho. Militao, con su fallo, pudo generar ese interés repentino por saber el futuro nombre del campeón.