La incombustible maratoniana alavesa hace balance para DNA de este 2021, en el que ha participado en los Juegos Olímpicos de Tokio y donde logró quedar entre las 30 primeras tras una meritoria actuación. De cara al año entrante, Loyo se muestra confiada en protagonizar otro buen año, pero siempre disfrutando del momento y sin pensar a largo plazo. Además, sostiene que el atletismo es un deporte que se encuentra en auge y da sus consejos a quienes quieran comenzar en este sacrificado deporte.
¿Qué valoración hace de este 2021 que está a punto de finalizar?
-Lógicamente, ha sido un año muy especial para mí por la experiencia que he tenido en los Juegos Olímpicos de Tokio.
Después de varios meses y con la mente más fría, ¿qué le viene a la mente cuando piensa en su participación olímpica?
-Me deja una muy buena sensación, porque cumplí los objetivos que me había propuesto antes de ir, que era el de tratar de ser la primera española y el de tener un puesto entre las 30 primeras. Al final, se me quedó un muy buen sabor de boca, en especial, al saber que estaba viviendo una experiencia que todo deportista quiere vivir. Aunque ahora quizá lo valore menos, creo que es algo bonito que seguramente lo veré como algo precioso durante el resto de mi vida.
Ahora, ¿cuál es su siguiente objetivo?
-Me iré poniendo metas, pero no sabría decirte con exactitud ahora, porque no me gusta hablar a largo plazo. Entonces me volveré a poner objetivos, pero tampoco quiero pensar mucho en lo siguiente porque, en caso contrario, parece como que estás a otra cosa. Hay que vivir cada momento y el futuro a medida que vaya acercándose. Ya lo iremos viendo en su debido momento.
¿Qué le comentó Martín Fiz al terminar los Juegos Olímpicos?
-Estaba contento de cómo había salido todo y me dijo que orgulloso de mi trabajo, algo que valoré de forma muy positiva.
Siempre ha comentado que Martín Fiz ha sido clave en su crecimiento como atleta. ¿Qué le ha aportado en concreto?
-Al final, la gente que tienes a tu alrededor te hace inspirarte y te ayuda en el día a día a luchar por tus sueños. Es muy importante que el atleta tenga esos sueños, pero para lograrlo necesitas tener esa buena gente a tu alrededor, porque te ayudan a ello. En esa parte, Martín es muy importante, pero también lo es el grupo de entrenamiento, el fisioterapia y todo el mundo que está ahí en el día a día.
¿En qué momento decide tomarse el atletismo más en serio?
-Me lo empecé a tomar más enserio precisamente cuando empecé a entrenar con Martín, es decir, cuando yo tenía 33 años. Un par de temporadas después, con 35 años, fui internacional por primera vez y ahí empecé a sentirme un poquito más atleta y a querer ponerme cada vez objetivos un poquito más ambiciosos.
¿Queda entonces Elena Loyo para rato?
-No lo sé. Tampoco me gusta mucho hablar del futuro. No soy ninguna adivina para saber cuánto queda de Elena, pero creo que nadie piensa en su profesión a ver cuándo se le va a acabar. Yo estoy y sigo con la ilusión de hacer cosas, de mejorar y de disfrutar de esto que me gusta tanto, que es correr.
Ha conseguido numerosos éxitos en su carrera, ¿con cuál se queda?
-Me quedo con todo lo que he vivido por el camino, con lo que ha salido bien y con lo que no ha salido tan bien. Yo creo que todas las experiencias me han hecho crecer y tirar hacia delante para buscar nuevos objetivos. Está claro que algunos son más especiales por la transcendencia que tienen, como los Juegos Olímpicos, pero hay otros que no tienen tanto nombre, pero que han sido carreras muy especiales, ya que hay lugares con organizaciones que lo hacen muy bien y que aman este deporte y te sientes identificadas con ellos. Por ejemplo, me gusta correr en Ordizia, el cross de Ulia o en Getxo. Al final, en este deporte todo suma y todo cuenta.
¿Cuáles son su mejor y su peor momento como profesional?
-El mejor, creo que cuando conseguí la clasificación para los Juegos Olímpicos y la propia experiencia en sí. Y el peor, como atleta, quizá cuando empecé a entrenar más y a tomármelo más en serio, ya que tenía que andar midiendo mucho cuánto me esforzaba, porque el cuerpo todavía no estaba acostumbrado a entrenar. Y es que antes de empezar con Martín, yo entrenaba tres días a la semana y diez kilómetros cada día. Ese momento fue el más delicado, quizá el peor no, pero sí el más delicado.
¿Qué es lo que le animó para dedicarse de forma profesional al atletismo?
-No es que me planteara dedicarme a ello profesionalmente, sino que pensé que podía apostar un poco más por ello. El entrenar más y el hacer más competiciones, porque yo hasta entonces había corrido dos veces la Herri Krosa y dos medias maratones. Entonces, fue plantearme el querer apostar un poquito más e invertir más tiempo a esto que tanto me gusta.
¿Qué consejo le daría a alguien que quiere comenzar en el atletismo?
-Lo primero, que si no estás dispuesta a sacrificarte, o mejor dicho si te va a suponer un sacrificio muy grande, creo que igual te estás equivocando de objetivo. Al final, yo creo que cuando nos mueve una ilusión, estás dispuesta a renunciar a lo que sea, ya que dedicas tu tiempo a algo que te sale de dentro. Nosotros no tenemos ningún secreto, simplemente nos esforzamos en lo que nos gusta, y eso nunca debe suponer un hándicap muy elevado, sino que para ti es el peaje que tienes que pagar, pero lo haces con comodidad. Si alguien piensa que es un sacrificio ser atleta, pero quiere serlo igualmente, le recomendaría que se lo pensara dos veces, porque esto te tiene que salir muy de dentro, más que decir que quiero ser atleta.
¿Cuándo le pica por primera vez el gusanillo de las carreras?
-Creo que tenía 28 años, que fue cuando me dio por correr una media maratón con un amigo. Entonces, me informé de qué había que hacer y cómo había que entrenar para preparar una media maratón. Aún me acuerdo que entrenamos unas semanas antes y no nos fue mal del todo.
Estos deportes tienen algo que acostumbran a enganchar a quienes lo prueban, ¿verdad?
-Cada persona es muy particular, ya que hay gente que se engancha y lo tiene como hobby, otros que apuestan de forma profesional y también los hay quienes deciden dejarlo. Lo bueno de ahora es que hay mucha gente en el atletismo y eso ha hecho sacar más aficionados. En mi caso, yo también hacía mucho deporte, por ejemplo, me gustaba la bici, y al final son casualidades. Quizá si hubiera sido navarra, Indurain me hubiera dicho a ver si quería entrenar ahí y me hubiera dedicado a ello. Las coincidencias han sido así, el tener a Martín cerca ha hecho que me dedique más al atletismo. Por ejemplo, también tuve una época en la que entrené al triatlón o que jugué mucho a tenis. Al que le gusta el deporte, ya sea por un lado o por otro, le gusta dedicarle tiempo y al final te acabas decantando por un lado.
Entonces si no hubiera hecho atletismo...
-Yo creo que seguramente el ciclismo, que también me gusta mucho.
¿Qué sensación le deja la reciente suspensión de la San Silvestre?
-Hay mucha confusión de información, porque si se ha demostrado que con la mascarilla se evitan contagios y al aire libre también se ha demostrado que se evitan contagios, o es cierta esa información o no es cierto y entonces no sé por qué se lleva. Lo cierto es que si una competición se hace al aire libre, se puede hacer con la mascarilla al comienzo y en cuanto llegas a la meta. Entonces, no entiendo por qué se suspende. No sé si ha sido cosa de la organización por evitar problemas o si ha sido más a nivel de las instituciones. Aún así, no lo comprendo, porque lo mismo que se junta gente en una carrera, se juntan luego en las calles, cerca de los bares y en las tiendas. No entiendo por qué se paga con las carreras, porque la gente que las prepara lo hace con ilusión y, además, se está cuidando los días previos para evitar los contagios. Al final, creo que es un sector bastante responsable y creo que es donde se está pagando bastante duro.
¿Qué le pide al 2022?
-Disfrutar mucho corriendo y marcarme objetivos que me motiven y estar en forma para llevarlos a cabo.
Fuera del atletismo, ¿cómo es su día a día?
-Quitando entrenar, descansar y comer, diría que poco más. Además, con la vida social más reducida, si me quitas entrenar, no hay mucho más. Diría que como todo el mundo, voy a la compra y hago el resto de cosas que hace todo el mundo, es decir, lo cotidiano (risas).
Ya para acabar, ¿algún otro hobby al margen de correr?
-Me gusta mucho hacer punto y ahora mismo me estoy haciendo otro jersey.
"Los Juegos me dejaron un muy buen sabor de boca, en especial, al saber que estaba viviendo una experiencia que todo atleta desea"
"Con 35 años fui internacional por primera vez y ahí empecé a sentirme un poco más atleta y a ponerme objetivos cada vez más ambiciosos"
"No pienso en la retirada; aún sigo con la ilusión de hacer cosas, de mejorar y de disfrutar de esto que me gusta tanto, que es correr"