Sir David Brailsford, ideólogo del Sky que derivó en el Ineos por eso de la nomenclatura del patrocinador pero no del espíritu fundacional de la estructura más poderosa del pelotón, reconoce sin ambages que sintió la punzada del arrepentimiento años atrás. Al gurú del ciclismo británico, el hombre que inventó campeones del Tour desde la cadena de montaje de los marginal gains (ganancias marginales) en un territorio que solía rememorar la tragedia de la muerte de Tom Simpson en el Mont Ventoux como icono del ciclismo, le dolía no haberse fijado antes en Jonathan Castroviejo (27 de abril de 1987, Getxo), o al menos, no haber incorporado al vizcaino a su estructura con anterioridad.
El mánager de la estructura más potente del mundo, que cosió la gloria en los Campos Elíseos de París con Wiggins (2012), Froome (2013, 2015, 2016 y2017), Thomas (2018) y Bernal (2019), tuvo una revelación cuando observó de cerca el desempeño de Castroviejo en las carreteras del julio francés. Brailsford cayó rendido a los pies del vizcaino, un ciclista formidable, uno de los gregarios más brillantes y competentes del planeta. Comprendió Brailsford de inmediato que Castroviejo debía haber vestido el maillot del Sky mucho antes.
Erró en los tiempos el oráculo británico. Asumido el fallo de cálculo, la experiencia le sirvió a Brailsford para atar a Castroviejo. Se juró que no le volvería a ocurrir, que no se le escaparía. Estaba dispuesto a defender su tesoro. El Ineos y Castroviejo continuarán unidos, al menos, hasta 2023 tras extender su relación dos años. “Estoy muy contento por seguir en este fantástico equipo. Me siento como en casa y lo considero el mejor sitio para mí y encaja con mi mentalidad”, expuso el ciclista que compartirá maillot con Omar Fraile, recién llegado al equipo.CASTROVIEJO Y SIETE MÁS
Con la ampliación de contrato, Castroviejo completará seis campañas en la estructura británica. Desde que el vizcaino se adentrase en la estructura del Sky, ahora Ineos, se convirtió en uno de los fijos en la alineación, siempre cotizadísima, del Tour. No resulta sencillo ser parte de los elegidos en un equipo donde se apilan algunos de los mejores ciclistas del mundo.
La consigna en el Ineos es: Castroviejo y siete más. En ese ecosistema, sobresalen la aptitudes del eficaz vizcaino, reconvertido en el tránsito hacia el núcleo del Ineos. Castroviejo ha pasado desde la especialización de un contrarrelojista formidable (bronce Mundial de la especialidad en 2016, cuarto en los Juegos Olímpicos de Río y cinco veces campeón de España: 2013, 2015, 2017, 2018 y 2019) a convertirse en un estupendo báculo para toda clase de terrenos, alta montaña incluida.
El vizcaino es un ciclista multiherramienta, uno de los últimos eslabones programados en la cadena del Ineos. Es el hombre de confianza de los líderes. Todos ellos reconocen en Castroviejo a un ciclista sólido como pocos, siempre dispuesto para el tajo y que elude el protagonismo y la algarabía. Sobrio, firme, resolutivo, de aliento largo, Castroviejo responde punto por punto a lo que se espera de un abnegado gregario, aunque de enorme calidad.
Después de ayudar a Egan Bernal para conquistar el Giro y a Richard Carapaz para acceder al podio del Tour el pasado curso, Castroviejo fue capaz de alcanzar la 23ª plaza en ambas carreras. Eso reivindica su nivel. “Me gusta la forma en la que trabajamos juntos y espero ayudar a mis compañeros a conseguir grandes victorias y a incrementar nuestro palmarés aún más en las próximas temporadas”, añadió Castroviejo, el hombre que hizo arrepentirse al visionario Brailsford.