"Lo dejo con mucha pena". Así es. María Antonia García, la primera mujer alavesa en ejercer como juez de atletismo, se despide después de casi 40 años de dilatada carrera. "El próximo mes de enero se cumplirían", recuerda esta gasteiztarra que ha dedicado más de media vida a este deporte.
Sin embargo, ha llegado la hora de decir adiós. La normativa federativa le obliga a dejarlo. Y es que queda claro que, si por ella fuera, seguiría unos cuantos años más al pie del cañón. María Antonia, que el próximo 31 de enero cumplirá 76 años, tiene cuerda para rato pero asume con cierta resignación que ya no podrá ejercer las labores de juez que estaba llevando a cabo hasta ahora.
"La Federación Española solo deja hasta los 75 años. Yo ya soy emérita", apunta mientras va asimilando estos complicados momentos, tal y como ella misma señala. "Es duro. Lo voy asumiendo poco a poco, ya que me tengo que mentalizar que esto se acaba, pero cuesta. Me está costando, pero entiendo que la edad no perdona", explica.
Ahora tendrá que ver las carreras y las distintas pruebas desde la barrera, aunque a buen seguro regresará en alguna ocasión a la pista para volver a ejercer como árbitro. No en vano, lo lleva en la sangre desde tiempos inmemoriales. "Lo he disfrutado tanto. Es que lo he vivido. El atletismo es un deporte que me apasiona", admite María Antonia.
Al menos, en el futuro también llegarán momentos para matar el gusanillo, tal y como ella misma reconoce. "A las pistas puedo seguir yendo a echar un cable". No duden que lo hará. Siempre ha estado ahí. Los que la conocen destacan de ella, sobre todo, que nunca fallaba.
Educada y trato exquisito
"Es una mujer muy amable, maja, educada, con un trato exquisito y siempre dispuesta a hacer lo que necesitases. Era una chica para todo por el atletismo y que ha ido a todas las pruebas a las que se la ha requerido. No fallaba", apunta Félix Resa, actual secretario de la Federación Alavesa de atletismo. "Da mucha pena que una mujer así lo tenga que dejar", añade con resignación.
No es extraño que la añoren. María Antonia García es la juez que siempre estaba dispuesta. Desde hace casi 40 años cuando comenzó casi por casualidad, tal y como evoca. "Teníamos una hija Arantza, que hacía cross y la llevábamos a todas las carreras. Ahí estábamos siempre, con el coche lleno de niñas, ayudando a que se quitasen el barro, viéndolas en meta y un día de esos, Tomás García, un juez, me comentó si no me interesaría hacer esa labor también y me animé. Así empezó todo", rememora.
Así hasta hoy. Cuatro décadas plagadas de anécdotas, pero lo que no va a olvidar nunca es el cariño de los compañeros que ha conocido por el camino y que el pasado sábado la homenajearon con una comida sorpresa en la que le entregaron una placa por su trayectoria. "Fue muy bonito. Me emocioné mucho y lloré como una magdalena con lo que me dijeron. No lo esperaba y es algo que llevaré siempre en el corazón", explica aún emocionada María Antonia.
No fue el único homenaje con el que fue agasajada la pionera de las juezas de atletismo en Álava el pasado fin de semana. El domingo, al término de la Media Maratón de Vitoria, recibió otra placa junto a sus compañeros Carmelo Urcelay, Luis Bóveda, Andoni Sánchez y Ramón Díaz por haber superado todos ellos los 35 años ejerciendo la labor de jueces de atletismo.
Toda una vida. Con mil historias para contar. "Ninguna desagradable", como se felicita la propia María Antonia, pero alguna que otra curiosa como la que le ocurrió en el cross de Etxaurren hace ya muchos años. "Estaba de jueza de salida y se me acercaron dos ertzainas. Se ponen detrás y me preguntan si tenía licencia para usar esa pistola y a ver si estaba en regla, a lo que respondí que sí. Pues bien, acabaron requisándola y tuvo que llamar al presidente de la Federación Alavesa, Andrés Sánchez, a Arkaute para recuperarla. Fue algo un poco rocambolesco y me llamó mucho la atención", recuerda con una sonrisa.
El malentendido se pudo deber, a su entender, a que "se trataba de dos jovencitos recién salidos de la academia que no sabían bien cómo iba todo, aunque no deja de ser extraño y en su momento me sorprendió mucho". Una jueza que dejará huella.
Coronavirus. La Media Maratón de Vitoria-Gasteiz se celebró el domingo con cierta normalidad pese al empeoramiento de la situación sanitaria con la participación de casi 2.600 atletas y el triunfo de Urko Herrán y Onditz Iturbe, pero no sucederá lo mismo con la otra célebre carrera con la que los atletas alaveses despiden el año. La pandemia ha obligado a cancelar la San Silvestre por segundo año consecutivo. Así lo ha acordado el Ayuntamiento de Vitoria con la organización de una prueba que siempre suele congregar a más de 3.000 atletas el 31 de diciembre a partir de las 18.00 horas de la tarde para recorrer algo más de seis kilómetros por las céntricas calles gasteiztarras.
"Lo he disfrutado y lo he vivido tanto; el atletismo es un deporte que me apasiona y me da mucha pena dejar la labor de juez"
"Dos ertzainas me preguntaron una vez si tenía licencia de armas y si la pistola estaba en regla; al final me la requisaron"