a nueva maestra del tenis saldrá a partir de este próximo miércoles de Guadalajara, en el estado mexicano de Jalisco. Allí, tras la pausa del año pasado por la pandemia, han recalado las Finales de la WTA por este año y por primera vez en Latinomérica tras una decisión casi de última hora ya que las restricciones han impedido que se celebren en la ciudad china de Shenzhen, sede hasta 2030. Las ocho mejores tenistas de un año muy agitado en el tenis femenino comparecen en el Estadio de Tenis Akron con mucho desgaste acumulado, pero un objetivo bonito ya que cualquiera de ellas se estrenará en el palmarés de maestras si levanta el trofeo. La ausencia de Ashleigh Barty, última campeona en 2019 y primera en el ranking mundial y anual, hace que no haya ninguna maestra entre las participantes. Elina Svitolina no ha logrado su plaza y las anteriores, Caroline Wozniacki, Dominika Cibulkova y Agnieszka Radwanska, ya están retiradas e, incluso, han sido madres.

Entre las aspirantes al título figuran Garbiñe Muguruza y Paula Badosa, que debían haber estado en la resolución de la Billie Jean King Cup en Praga, pero renunciaron para preparar a fondo la cita mexicana en medio de un calendario muy mal organizado. La vasco-venezolana regresa a las Finales de la WTA después de cuatro años de ausencia tras un curso algo irregular, con dos títulos en Dubai y Chicago, pero sin picos altos en los Grand Slams. Aún así, Muguruza ha escalado al quinto puesto del ranking mundial y llega a Guadalajara como uno de los grandes atractivos para el público latinoamericano. Además, México no se le da mal ya que en Monterrey ha logrado dos de los nueve títulos de su carrera. “Me siento muy bien y estoy muy contenta. Me ha ido muy bien por aquí en México, el público se vuelca conmigo y me siento bienvenida. Jugar aquí es una oportunidad única, es una noticia buenísima”, ha comentado Muguruza tras el primer contacto con las condiciones de la pista tapatía, donde se juega a una altitud de casi 1.600 metros y con cerca de 30 grados.

Paula Badosa, por su parte, se estrena en la Finales de la WTA tras el año de su explosión al máximo nivel. Se impuso en primavera en Belgrado, pero su confianza ha ido creciendo y fue su victoria el mes pasado en Indian Wells el que le propulsó a la cita de las ocho mejores tras haber destacado también los Grand Slams. La catalana, de 23 años, llega sin presión, muy fina en sus golpes y son su actitud luchadora y su madurez las que le han permitido dar el salto para poder derrotar a cualquier rival.

Además de Badosa, habrá otras cinco debutantes en el torneo. Aryna Sabalenka, número 2 del mundo y cada vez más regular, debería ser favorita, pero ha pasado hace poco el covid y su estado de forma es una incógnita. Difícil lo tendrá la checa Barbora Krejcikova, la gran sorpresa del año con su triunfo en Roland Garros y su oro olímpico en dobles. Llegará tras disputar la Billie Jean King Cup y, además, también jugará los dobles, así que parece demasiado esfuerzo. La griega Maria Sakkari también ha crecido mucho e hizo acopio de puntos con sus semifinales en París y Nueva York. La polaca Iga Swiatek ganó en la primera mitad del año en Adelaida y Roma en un año más discreto, pero que le ha consolidado arriba. Por último, Annet Kontaveit, probablemente, llega en la mejor forma de todas. La estonia acumula 26 triunfos en 28 partidos y ha ganado sucesivamente en Cluj-Napoca y Moscú para llegar a Guadalajara en el esprint final. La última pasajera del torneo es la más veterana. Karolina Pliskova, a sus 29 años, participa por quinta vez tras un ejercicio sin títulos, pero con finales de nivel en Wimbledon, Roma y Montreal.

Rusia se proclamó nuevo campeón de la Bille Jean King Cup, antigua Copa Federación, tras derrotar en la final a Suiza. Daria Kasatkina venció a Jil Teichman y Liudmila Samsonova, que entró a última hora en el equipo, logró el punto definitivo ante Belinda Bencic. Es el quinto título de las rusas, que confirmaron su condición de principales favoritas.