- El gran duelo del Camp Nou reforzó la figura del brasileño Vinicius, protagonista del primer pulso de príncipes del clásico con Ansu Fati, tras el adiós de los reyes Leo Messi y Cristiano Ronaldo. El brasileño asumió liderazgo y desequilibro ante un rival que acusó su falta de rodaje tras su periodo lesionado, incesante en la búsqueda sin éxito del gol.
La sonrisa final de Vinicius, agotado, retirado del campo con calambres por su gran desgaste, contrastó con la cara de preocupación de Ansu Fati en el banquillo tras ser sustituido, llevándose las manos a la rodilla derecha, la no operada, tras un clásico en el que le fue imposible mantener la brillantez exhibida desde su reaparición.
No fue por falta de voluntad. Les sobra a los dos, referentes mundiales pese a su juventud por el descaro que imprimen a su fútbol. Ansu la pidió siempre, pegado a banda izquierda, abandonándola en ocasiones por aburrimiento al no entrar en contacto con el balón y hacerlo moviéndose hacia el centro. Sus movimientos siempre orientados a estar en zona de gol en los momentos en los que se decide la jugada. En esta ocasión, la más clara de la que dispuso, la estrelló en David Alaba.
Vinicius demostró por qué se ha convertido en indiscutible para Carlo Ancelotti, que a su llegada pensó primero en Eden Hazard en la punta izquierda del tridente ofensivo antes de rendirse a las virtudes del brasileño. Frenado en falta en sus primeras apariciones, volvió loco a Mingueza que tuvo que ser sustituido al no encontrar la forma de parar a su rival.
Entre ambos nació la jugada en la que Vinicius pidió penalti, la primera acción en la que desequilibró al marcharse de dos rivales en carrera. Le dio confianza. Desde entonces todo lo que hizo fue bueno para su equipo. Aparecía al espacio para desahogar ante la presión del Barcelona aportando salida al pase en largo. Conectó con Rodrygo en la acción del primer gol, tras robo de Alaba que cerró la jugada con un zurdazo imparable. Referencia continua al contragolpe sin que la defensa rival encontrase la forma de deternerlo.
Al liderazgo ejercido por Vinicius solo le faltó el gol y pudo tenerlo en un error de Dest en una cesión pero tardó en armar el disparo. La importancia del brasileño aumenta para Carlo Ancelotti por la gran labor defensiva que realizó. Ayudas constantes a Ferland Mendy que provocaron que el peligro de las subidas de Jordi Alba se minimizasen a su máxima expresión.
"Vini ha hecho un partido muy bueno", elogió Ancelotti. "Todas las veces que tocó el balón ha creado peligro y ha ayudado mucho al equipo en la posesión". Fue un desahogo para sus compañeros. Un referente. Un partido grande más que confirma su crecimiento. Vencedor del primer pulso con Ansu, presente y futuro del clásico.
El agente y ojeador brasileño André Cury, quien estuvo trabajando para el Barcelona hace unos años, ha asegurado que Vinicius Junior es aficionado culer y que estuvo fichado por el Barça, pese a que sus entonces agentes traicionaron al club catalán. "Vinicius es 'culer'. Pero 'culer', 'culer'. Puedo decir que lloró con la remontada del Barça 6-1 contra PSG", aseguró André Cury en el programa Què T'hi Jugues de la Cadena SER en referencia a la emoción con la que vivió el brasileño aquella remontada en la Champions, en 2017.