ATLÉTICO MADRID Oblak; Trippier, Felipe, Hermoso (Herrera, m. 72), Lodi (Correa, m. 57); De Paul (Kondogbia, m. 57), Koke, Lemar (Carrasco, m. 46); Griezmann (Cunha, m. 72), Luis Suárez, Joao Félix.

REAL SOCIEDAD Remiro; Aritz, Le Normand, Zubeldia, Gorosabel; Zaldua (Turrientes, m. 62), Guevara, Mikel Merino, Silva (Pacheco, m. 62), Sorloth (Lobete, m. 84); Isak (Portu, m. 62).

Goles 0-1, m. 7: Sorloth. 0-2, m. 47: Isak. 1-2, m. 60: Luis Suárez. 2-2, m. 77: Luis Suárez, de penalti.

Árbitro Munuera Montero (C. Andaluz). Amonestó al local Felipe (m. 30) y a los visitantes Zaldua (m. 40), Aritz (m. 68) y Merino (m. 75).

Estadio Wanda Metropolitano. 50.032 espectadores

- Con el VAR en el foco, con la discusión y la interpretación de si fue o no suficiente el contacto de Mikel Merino sobre Luis Suárez en el penalti del 2-2, el Atlético de Madrid sobrevivió a una noche frustrante con un punto que tuvo perdido durante más de 70 minutos; el tiempo que duró la ventaja de la Real Sociedad, que empató un encuentro que aparentó ganado, pero que sostuvo el liderato de LaLiga, aún por encima de todos, aún con mucho que decir en este campeonato. No va a ser sencillo bajar de ahí al conjunto donostiarra, que redujo al equipo rojiblanco, a su tridente Griezmann-Suárez-Joao Félix, y aprovechó sus errores defensivos para poner contra las cuerdas al Atlético, que resurgió con más determinación que fútbol, agarrado a un goleador fantástico como es Luis Suárez: marcó el 1-2 a falta de media hora, fue objeto de la polémica pena máxima en el 76 y la transformó instantes después para rebajar el tropiezo a dos puntos contra un notable contrincante.

Porque el Atlético tiene un problema defensivo esta temporada. Lo sabe Simeone, que insiste en cuanto puede en ajustar una zona bajo la duda casi permanente en este ejercicio. Cada partido lo pone en evidencia. Con cinco o cuatro atrás, como este domingo. Y sin Savic ni Giménez. Entregado el centro de la zaga a Felipe, que no es el que fue hace año y medio en el Atlético, y a Mario Hermoso, imprevisible cuando enfrenta un duelo con el delantero rival, el 0-1 retrató una estructura defensiva que no sostiene ningún rasgo de lo que fue en su pasado más rocoso, pero tampoco en la fisonomía que lo hizo campeón la pasada campaña, cuando jugaba con tantos riesgos como ahora, pero resolvía todo mucho mejor.

En un equipo tan mecanizado, al que Simeone le aporta tanto matices tácticos, que dedica tanto a cada movimiento, a cada espacio, a cada circunstancia, sorprende un gol como el que recibió en el minuto 7. Ha empezado en desventaja siete de sus doce duelos. Cierto es que, probablemente, a Joao Félix le sobró un regate un poco más allá del medio campo, tanto como que el desajuste entre Felipe y Hermoso fue impropio de esta categoría. El brasileño vive hoy en una precipitación constante; el madrileño no es nada fiable cuando debe imponerse. El primero salió a por Sorloth, el segundo se quedó seis metros por detrás, con todo el espacio del mundo para que el propio atacante noruego progresara hacia el pase más fácil del mundo de Isak. No anticipó Oblak, lento en su salida; no falló Sorloth, que tocó lo justo para superar al portero esloveno, ya casi batido de antemano.