Los hermanos Iker y Eneko Pou ven “bonito” que mucha gente haga deportes de montaña y vuelva a la naturaleza, pero advierten de la necesidad de tomarse tiempo suficiente y tener los conocimientos necesarios como con cualquier otro deporte.
Con una y mil vueltas escalando todo lo que han podido del mundo, los hermanos Pou han recorrido de manera vertical cerca de 1.300 kilómetros de montañas en 59 países y van a por más. Pero este pasado fin de semana han hecho un alto en las ascensiones para inaugurar el nuevo rocódromo de la localidad cántabra de Vargas.
Motivación y ganas de meterse en lo desconocido son los principales requisitos, según Iker y Eneko, para todo aquel que quiera iniciarse en el mundo vertical en la montaña, pero destacan la importancia de formarse antes de comenzar. “Que la gente se forme, sobre todo en escalada que hace falta un poco de técnica y de seguridad, porque puede ser peligroso si no controlas los nudos y la técnica de seguimiento”, insisten.
Y son los clubes de montaña, las federaciones o los guías de montaña los que deben dar esa formación, y no un amigo que ha estado un día, porque “luego ocurren los accidentes”, avisan estos escaladores. También subrayan que con las rutas de montaña sin una formación previa no solo se pone en riesgo la vida de uno mismo sino de las personas que acuden a un rescate como Protección Civil, Guardia Civil o bomberos, que “arriesgan todo por sacarles de allí”, apostillan.
Los dos alpinistas coinciden en que fue la crisis económica de 2008 tanto como la actual pandemia del coronavirus las que han hecho que mucha gente vuelva a la naturaleza, e insisten en que es “algo bonito” porque el ser humano procede de ella y en los últimos siglos se estaba alejando.
Iker y Eneko ven cosas positivas y negativas en que la escalada deportiva haya entrado este año en el programa de los Juegos Olímpicos porque, aunque se ha hecho mucho más popular, acercará a este deporte a mucha gente con pocos valores de montaña, en donde los Pou consideran que se practica “la escalada de verdad”.
“Son dos mundos paralelos, está por un lado la escalada en rocódromos y en competición y luego la montaña”, matizan ambos deportistas, pero insisten en que es “importante” que este deporte sea olímpico para “darse a conocer al público” y que “mucha más gente” pueda vivir de lo que es la montaña y alrededor de lo que engloba. Además, creen que estar en los Juegos Olímpicos hará que mucha gente llegue al mundo vertical.
Finalizar su proyecto “Cuatro elementos” (agua, aire, fuego y tierra) es uno de los retos de Iker y Eneko Pou, que confían en encontrar a principios de 2022 el último, la tierra, para lo que están buscando algo especial. A día de hoy, ya han completado con éxito las etapas pertenecientes al viento, en la Patagonia; al agua, en Yakumama (Perú), y al fuego, en Sao Tomé (África).
Escaladores y alpinistas profesionales desde hace 20 años, Eneko e Iker seguirán dando a conocer en todo el mundo la cordada de los “hermanos Pou”, después de que juntos han participado en más de cien proyectos y expediciones, en las que destacan como unos profesionales polivalentes, potentes y a la vanguardia en sus proyectos.