REAL MADRID Causeur (4), Heurtel, Hanga (14), Tavares (5) y Yabusele (9) -cinco inicial-, Williams-Goss (9), Vukcevic, Alocén, Poirier (11), Llull (12) y Taylor (3).

SAN PABLO BURGOS Kravic (8), Nikolic (7), Benite (2), Braimoh (10) y Rabaseda (7) -cinco inicial-, Kullamaee (8), Díez (8), Mcgee (8), García (3) y Zack (2).

Parciales 21-18; 15-16; 19-18; 15-11.

Árbitros Jiménez, Oyón y Báez.

Pabellón WiZink Center.

- El Real Madrid sufrió ayer más de lo esperado para vencer al Hereda San Pablo Burgos por 70-63, sobre todo debido a sus bajos porcentajes de tiro y al encomiable trabajo de los burgaleses, que lucharon hasta el final. San Pablo Burgos salió dispuesto a no dejarse intimidar por el campeón de la Supercopa y lo primero que dejó claro es que pese a los muchos cambios habidos en su plantilla, sigue manteniendo el gen competitivo. La falta de continuidad, de ritmo y los fallos en los lanzamientos fueron habituales, como corresponde a una primera jornada de Liga, dado que los sistemas todavía están cogidos con pinzas y los automatismos con los nuevos todavía no están afianzados.

El francés Guerschon Yabusele se presentó ante la afición madridista y fue el más destacado de su equipo en el igualado primer cuarto, que finalizó con 21-18. El Madrid con 1 de 6 triples, sobrevivió gracias a su fuerza interior con el caboverdiano Walter ‘Edy’ Tavares y el francés Vincent Poirier. Los burgaleses, con 2 de 3 triples, se apoyó en los largos brazos del serbio Dejan Kravic. En el segundo cuarto, dos triples consecutivos de Sergio Llull significaron la máxima ventaja local en el minuto 13 (31-26).