La baja de Alec Peters, uno de los mejores baskonistas de la pretemporada, se antojaba ayer como un contratiempo importante para el Baskonia, ya que Costello, recién aterrizado esta semana en Vitoria-Gasteiz, solo había tenido la oportunidad de entrenar un día a las órdenes de Dusko Ivanovic y todo hacía pensar que su aportación sería meramente anecdótica para dar minutos de descanso a Sedekerskis, único ala-pívot disponible además del norteamericano. Sin embargo, el ex del Gran Canaria, de quien el propio Ivanovic había dicho que estaba lejos de su plenitud física y que apenas había tenido tiempo de asimilar los sistemas, no solo gozó de más minutos de los esperados, sino que terminó siendo fundamental en la victoria.

La primera mitad transcurrió según lo planeado, con Sedekerskis partiendo como titular y Costello saliendo desde el banquillo para dar descanso al lituano. A pesar de su poco rodaje, el interior dejó buenas sensaciones en sus primeros minutos como azulgrana al anotar dos canastas consecutivas, una con un tiro de media distancia y otra cortando a canasta. El internacional costamarfileño tuvo algún pequeño desajuste en defensa por falta de entendimiento con sus compañeros, pero no desentonó en ningún momento.

Lo ofrecido en la primera parte parecía más que suficiente para un jugador que no ha realizado pretemporada por su participación en el Afrobasket y que apenas ha tenido tiempo para conocer a sus compañeros, pero su debut como baskonista le tenía guardado aún mayor protagonismo para la segunda parte. La acumulación de faltas de Nnoko, que cometió la tercera nada más regresar de vestuarios, obligó a Ivanovic a mover el banquillo antes de tiempo y, en vez de decantarse por Enoch para el puesto de pívot, decidió apostar por Costello. En esa posición no estuvo tan cómodo como en la de ala-pívot y, de hecho, Tobey lo castigó y el Valencia Basket logró darle la vuelta al marcador.

A pesar de lo ocurrido en el tercer cuarto, Ivanovic siguió confiando en el norteamericano y lo mantuvo en la cancha en los minutos decisivos del encuentro, en los que, acompañado primero por Nnoko y luego por Enoch, estuvo mucho más acertado, demostrando visión de juego con buenos pases, defendiendo a jugadores de distintas posiciones y, sobre todo, anotando las dos últimas canastas que dieron la victoria a su equipo. El norteamericano transformó un alley oop a pase de Granger para el 65-70 y sentenció el choque con un palmeo tras fallo de Baldwin que resultó decisivo para el 67-72 final. Llegar y besar el santo.