Cuando uno está tan cerca de ganar es lógico acabar con una ligera decepción. “Pero es extraño estar decepcionado después de haber ganado cinco millones de dólares. Hay algo que no encaja, ¿no?”, manifestó Jon Rahm tras quedar a un golpe de llevarse el Tour Championship tras un apretado mano a mano con Patrick Canlay durante 53 hoyos en East Lake. En el caso del barrikoztarra, el sabor es más agridulce porque fue el mejor en el cómputo de golpes de la semana con catorce bajo par junto a Kevin Na y el resultado final justifica las dudas que él y otros tienen sobre el formato de resolución del PGA Tour. “Pero Patrick se ha merecido la victoria. Ha jugado un golf excelente. Yo di todo lo que tenía y no fue suficiente”, reconoció Rahm para aceptar un resultado que al menos refuerza su posición al frente del ranking mundial. Ya van quince semanas en esa posición y pronto superará a Fred Couples para convertirse en el decimoquinto jugador de la historia con más semanas como número 1 del mundo.

Esa posición no admite discusión porque Jon Rahm es el jugador más regular de todos, como reconocen muchos de sus compañeros y rivales y refrendan los números. Ha sido líder en ganancias con 7,7 millones de dólares, que no incluyen los cinco que se llevó en Atlanta, y ha acabado la temporada en el PGA Tour con solo un corte fallado y quince puestos entre los diez primeros en veintidós torneos disputados, siete de ellos consecutivos para acabar el curso, incluido el séptimo del Scottish Open. Y habrían sido ocho de no haberse cruzado el covid en su camino durante The Memorial. El siguiente jugador con más Top 10 ha sido Dustin Johnson, con nueve. Probablemente, no se llevará el premio del jugador del año porque los cuatro triunfos de Cantlay pesan mucho. A modo de curiosidad, el californiano ganó el Zozo Championship y segundo fue Rahm. Ganó The Memorial porque el de Barrika fue descalificado. Y, al final, Cantlay se llevó el Tour Championship con Rahm a su estela.

En cuanto a las estadísticas del juego, Jon Rahm ha sido segundo del PGA Tour en porcentaje de greenes cogidos en regulación con un 71,93%. A partir de ahí, ha sido el mejor en media de golpes por ronda (69,3) y en media de birdies (4,51). En aspectos más concretos, ha sido el mejor en golpes ganados de tee a green y en golpes ganados totales. Ha liderado el circuito en los pares 3 y donde más debilidad ha mostrado ha sido con el putt, que le ha privado en algunos torneos de resultados aún mejores y de llegar al final con más posibilidades de victoria. Por ejemplo, en la última vuelta del Tour Championship. Lograr todo esto en una campaña en la que el covid le ha frenado dos veces y le ha impedido por un lado sumar más puntos para el PGA Tour y el ranking mundial y por otro aspirar a una medalla olímpica confirma la categoría que Rahm ha alcanzado como jugador con solo 26 años. “Ahora iré a casa con mi preciosa esposa y mi precioso hijo y me tomaré unos días de descanso porque el año no ha acabado. Aún quedan cosas muy importantes por jugar”, apuntó Rahm con la derrota aún caliente. Esta semana el PGA Tour se detiene, pero la siguiente arranca ya la temporada 21-22 con el Fortinet Championship del Valle de Napa donde estará el vizcaíno por primera vez. Pero eso importante a que se refería viene la última semana de septiembre con la Ryder Cup a la que Jon Rahm llegará como líder y principal referencia del equipo europeo, que cuenta con él para sumar un buen botín de puntos en Whistling Straits porque la mayoría de sus compañeros han tenido una campaña bastante escasa en victorias.

Y tras la Ryder, Rahm volverá a Europa para acometer la parte final del Circuito Europeo. Quiere estar a pleno rendimiento entre el 18 y el 21 de noviembre en Dubai porque la pandemia le impidió defender el título que logró en 2019 y ahora mismo es segundo en la clasificación tras Collin Morikawa. El de Barrika jugará en octubre el Open de España en el Club de Campo de Madrid en busca de su tercer título seguido porque ya lo ganó en 2018 y 2019 y después el Andalucía Masters de Valderrama, un campo mítico dentro del golf europeo. Por tanto, Jon Rahm no tiene motivos para prolongar su decepción ya que le esperan nuevos retos a la vuelta de la esquina. El golf no se detiene y esta semana en Wentworth se deciden las últimas plazas europeas por la Ryder Cup. El número 1 del mundo estará en casa afilando las garras en busca de atrapar nuevas presas.