- La Bandera de La Concha es el bien más preciado del remero. Es una regata en la que el bogador se agarra hasta al más mínimo gramo de fuerza para mantenerse en la pelea y llegar con vida al segundo domingo. Sobrevivir es el objetivo de la primera jornada y ayer cinco tripulaciones cumplieron. Lo hicieron con diferentes sensaciones y dejando más o menos parte de su trabajo hecho para la semana que viene, pero lo que es cierto es que las cinco primeras clasificadas llegaron en menos de diez segundos. Todo un mundo y al mismo tiempo un suspiro. Una distancia más que salvable en una bandera que acostumbra a vivir domingos llenos de emoción. En esa ajustada lucha, Hondarribia fue el encargado de dar el primer golpe. Los guipuzcoanos firmaron el mejor tiempo de la jornada y ni la sanción recibida por salir antes de lo debido se lo impidió. Su máximo rival será Santurtzi, que quedó a menos de dos segundos. Zierbena, a cuatro; Orio, a ocho; y Donostiarra, a nueve. Todos esperan con el cuchillo entre los dientes de cara al próximo domingo. Cada error se paga en la Bandera de La Concha. El mínimo fallo es capaz de cambiar todo el escenario y ayer llegó a las primeras de cambio, antes incluso de que se encendiera el semáforo verde de la primera tanda. La cita donostiarra provoca una ilusión añadida en todos los remeros, un hambre voraz por brillar que jugó una mala pasada a Hondarribia. Las ganas pudieron a los remeros hondarribitarras y eso desencadenó un cúmulo de errores que acabó en sanción. El aviso llegó antes de tiempo, Ioseba Amunarriz soltó la estacha y se dieron las primeras paladas. Entonces sonó la bocina. La Ama Guadalupekoa había salido antes de tiempo, con lo que arrancó la jornada con el primer lastre, con tres segundos de penalización que a la postre resultaron decisivos para mantener aún más viva la lucha por la bandera.

No hubo duda con respecto a la salida antes de tiempo de los hondarribitarras. Los propios protagonistas reconocieron el error y tocó resetear todo lo antes posible. Lo tuvieron que hacer Hondarribia y también Zierbena, Donostiarra y Urdaibai. Calmar los nervios tras esa situación llena de tensión y poner el foco en el verdadero reto. Para ello, tiraron de experiencia y capacidad de concentración, algo que hay de sobra en las tostas de estas embarcaciones, y una vez dada por válida la regata, todo lo vivido quedó en un segundo plano.

Donostiarra quiso sorprender y mostró una actitud muy valiente. Los anfitriones salieron a toda velocidad, dispuestos a romper la regata a las primeras de cambio y pillar con el pie cambiado a sus rivales. Pero Zierbena y Hondarribia, que bogaron muy cerca por la calle tres durante buena parte del largo de ida, respondieron con creces. Solo Urdaibai cedió varios segundos y tuvo que vivir la regata desde un segundo plano. Los galipos y los hondarribitarras aguantaron el golpe y poco a poco los donostiarras empezaron a perder fuelle. Tras la maniobra, fue el momento dulce de la Ama Guadalupekoa, que salió más rápido que los entrenados por Juan Zunzunegui y una vez en proa se creció. Hondarribia apretó hasta la última palada y Zierbena aguantó para mantenerse con opciones de cara a la segunda jornada.

La segunda tanda no siguió el guion de la primera. En esa ocasión no hubo duelos proa con proa, ni traineras valientes que discutieran el dominio de las favoritas. Santurtzi partió como el principal candidato a ganar la manga y no dejó lugar a dudas. Fue un monopolio. Los santurtziarras vivieron una contrarreloj desde las primeras paladas y su adversario rápidamente dejó de estar en el agua. Solo Orio aguantó ligeramente, pero ayer las referencias para la Sotera no se cogieron con la vista, llegaban desde tierra por el pinganillo. Otra vez otro duelo con su rival de todo el curso en la Eusko Label Liga, pero esta vez sin hacerlo en el mismo escenario. Santurtzi y Hondarribia bogaron en el mismo segundo durante todo el largo. Los santurtziarras apretaron, pero no llegaron a romper y en un pequeño parpadeo, en un mínimo momento de bajón, la distancia creció de golpe. Justo antes de la ciaboga, la Sotera se dejó seis segundos. Sin embargo, en la cuadrilla preparada por Iker Zabala hay mucha fortaleza mental y física para sobreponerse de los golpes. En el minuto quince, los santurtziarras perdían siete segundos, pero al entrar en la bahía se dejaron el resto para recortar.

La diferencia empezó a bajar a toda velocidad. Cuatro, tres, dos... los segundos cada vez eran menos y Santurtzi se metió de lleno en la lucha. Solo le faltó el remate definitivo. En los metros finales, perdió algo de tiempo y finalmente llegó a cuatro segundos, lo que tras la sanción a los hondarribitarras pasó a convertirse en un único segundo.

Primera jornada