- Iñigo Llopis celebró su éxito en los Juegos Paralímpicos de Tokio a ritmo de Barricada. “Estás asustado, tu vida va en ello, pero alguien debe tirar del gatillo...”, fue el trozo de la canción No hay tregua, del grupo navarro, que el deportista de Basque Team destacó para ensalzar su medalla de plata. Creyó que esas palabras eran las que mejor definían no solo su estado de ánimo, sino también todo lo vivido en los cinco largos años del preolímpico. Porque el nadador donostiarra se subió ayer al segundo escalón del podio de los 100 metros espalda de la categoría S8 tras un periodo de altibajos. Marcado por unas lesiones que le obligaron a reinventarse y que le hicieron progresar cada día hasta llegar al centro acuático de Tokio con siete medallas continentales y un bronce mundial. Así pues, Llopis arribó a Japón como favorito a las medallas en la prueba de espalda, su modalidad fetiche, y con el propósito de mejorar muchísimo el noveno puesto que logró en los Juegos de Río, la edición que supuso su debut paralímpico. Objetivo cumplido. “Esto es un subidón. Río fue una gozada, iba más a disfrutar que otra cosas y después de las lesiones jodidas que he tenido, volver a competir y llegar a este nivel es increíble”, explicó el donostiarra.

Lo cierto es que, como el mismo Llopis afirmó con su primera medalla al cuello, “la plata era lo máximo a lo que podía aspirar”. Porque a lo más alto del podio paralímpico se subió un Robert Griswold intratable, que se colgó el oro con un tiempo estratosférico (1:02,55). El estadounidense marcó un nuevo récord del mundo, así que en la carrera más rápida de la historia, el donostiarra fue el primero de los mortales. La plata tras parar su crono en 1:06,82, tres décimas por debajo del chino Fenggi Lui (1:07,09), con quien Llopis mantuvo una encarnizada lucha de la que salió victorioso. Aún así, después de bajarse del segundo escalón del podio, el donostiarra tuvo tiempo de hacer autocrítica: “La marca no me ha gustado mucho porque la he ido mejorando durante todo el año; pero estoy muy contento porque lo que contaba era ganar medalla. Sacar chapa era lo importante y la plata era lo máximo que podíamos lograr”. Ahora, al de Basque Team le toca descansar para afrontar con garantías las pruebas que le restan en estos Juegos Paralímpicos: los 4x100 metros estilo libre del próximo lunes, los 400 libre del martes y los 4x100 estilos del 3 de septiembre.

Por otro lado, el también nadador Iván Salguero no pudo repetir la gesta de su compañero y se tuvo que conformar con un séptimo puesto en los 400 metros libres de la categoría S13, reservada a personas con discapacidades visuales. El navarro estuvo coqueteando con la sexta plaza durante las dos primeras vueltas, sin embargo, finalmente se contentó con ser penúltimo en la final. Con todo, Salguero terminó la prueba con una buena marca personal (4:21,56), pero muy lejos del podio que estuvo formado por el bielorruso Ihar Boki, que consiguió bajar de los cuatro minutos, el ucraniano Kyrylo Gerashchenko y el francés Alex Portal.

Respecto al baloncesto en silla de ruedas, las realidades son bien distintas para la selección estatal masculina y la femenina. Y es que mientras que el combinado liderado por Asier García y David Mouriz, ambos de Basque Team, continúan con su camino imparable hacia las medallas; el equipo de Agurtzane Egiluz y Beatriz Zudaire no termina de levantar cabeza en los Juegos de Tokio. Así, los chicos lograron su tercera victoria consecutiva -tras ganar a Corea del Sur y Canadá- al imponerse a Colombia con un marcador, 74-56, que no refleja la igualdad vivida. Y, por el contrario, las féminas tampoco pudieron con China (29-46) en la segunda jornada de su grupo después de debutar ante Estados Unidos, actuales campeonas paralímpicas y principales candidatas al título, con una contundente derrota (34-68).

Plata en el velódromo. Un día después de coronarse en la prueba de persecución C2, donde se llevó la medalla de oro de forma incontestable, Alexandre Léauté volvió a subirse al podio de los Juegos Paralímpicos de Tokio. Esta vez fue para colgarse la plata de los 1000 metros contrarreloj, en la que el ciclista lapurtarra tan solo fue superado por el chino Zhangyu Li, que con un crono de 1:08,347 no dio opción ninguno a sus rivales. Cabe destacar que esta prueba mezclaba las categorías C1, C2 y C3 por lo que, a pesar de ser segundo, Léauté consiguió batir el récord mundial de su modalidad (C2) tras parar su reloj en 1:09,211. El podio lo completó el británico Jaco van Gass, que se colgó la medalla de bronce a 1,692 del chino. Asimismo, el corredor del Urt Velo 64, todavía tiene la oportunidad de colgarse un tercer metal en el 750 metros sprint por equipos mixto.

“Esto es un subidón, la medalla de plata era lo máximo a lo que podía aspirar y lo he logrado”

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