aria Andrejczyk esta dando una lección de vida. La medallista de plata en lanzamiento de jabalina en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 demostró que el valor de su medalla va más allá de los 64,61 metros que le hicieron convertirse en subcampeona. La historia de la deportista polaca gira alrededor del mundo, convirtiéndose en un modelo a seguir para muchos, no solo por sus logros como atleta. No ha dudado en poner su metal a la venta para apoyar una buena causa que le toca muy de cerca: ayudar a un niño polaco llamado Milosz, que padece una malformación grave en el corazón y necesita ser operado para sobrevivir.
La familia de Milosz Malysa necesitaba ayuda desesperadamente y la joven atleta no dudó ni un segundo en hacer todo lo que estaba en su mano. El pequeño polaco, que tiene tan solo ocho meses, sufre una grave deficiencia cardíaca que tiene que ser tratada en el hospital de la Universidad de Stanford.
La atleta creó un fondo para recibir ayudas para la operación, que asciende a los 390.000 euros, cifra que Andrejczyk busca alcanzar. Con su apoyo, la meta está más cerca. Para contribuir, la deportista sacó a subasta la medalla de plata que consiguió en Tokio. Con ello, logró aportar un total de 44.000 euros. Además, la joven polaca abrió una cuenta que ha recaudado por el momento 35.000 euros adicionales, que también irán destinados íntegramente a costear el tratamiento para el pequeño Milosz en Estados Unidos.
Sin embargo, Andrejczyk podrá seguir luciendo con orgullo su presea. La joven atleta subastó su plata por una buena causa, y su gesto solidario también tendrá premio para ella. La cadena de supermercados polaca Zabka Polska fue la que se hizo con la medalla.
La empresa, que cuenta con más de 7.000 tiendas, y con el famoso fondo de inversión CVC Capital Partners detrás de su negocio, tomó la decisión de devolverle el metal a la joven de 25 años el mismo día que lo compraron. "Nos conmovió mucho el gesto de nuestra atleta olímpica, por lo que decidimos apoyar la recaudación de fondos para Milosz, pero también decidimos que la plata se quedara con Maria", transmitió la entidad en un tuit.
La joven lanzadora de jabalina es muy consciente de lo que su gesto solidario puede suponer para muchos. "Fue realmente un impulso. Sentí que esta medalla no se podía quedar conmigo porque recuerdo bien cuánto tuve que luchar contra la adversidad y el dolor.", explicó la atleta en una entrevista para una cadena de televisión polaca. "El valor real de una medalla siempre permanece en el corazón. La medalla es sólo un objeto, pero puede ser de gran valor para otros. Esta medalla de plata puede salvar vidas en lugar de acumular polvo en un armario, por eso decidí subastarla".
superviviente Maria Andrejczyk entiende muy bien lo que supone pasar por una enfermedad grave. Su carrera deportiva pudo haberse terminado debido a un cáncer óseo que le fue diagnosticado en 2017. La atleta había conseguido fijar un récord mundial en los Juegos Olímpicos de Río un año antes, con una marca de 67,11 metros durante la ronda clasificatoria, pero en la final se quedó a tan sólo dos centímetros de conseguir una medalla. Tras el diagnóstico, la polaca se vio obligada a retirarse por un tiempo y someterse a un tratamiento.
Cuando consiguió vencer a la enfermedad, volvió a la competición, pero apenas podía lanzar 54 metros. Pese a todo no se rindió. Siguió luchando y finalmente consiguió batir el récord nacional el pasado mes de mayo, con una marca de 71,40, clasificarse para los Juegos de Tokio, y acabar convirtiéndose en subcampeona y logrando el primer metal olímpico de su carrera. La joven, además de ser un claro ejemplo de superación personal, ha dado voz a una causa que sin duda servirá de precedente para muchos.