- Ayer se acabó la temporada de pelota alavesa con las finales del Virgen Blanca celebradas en el frontón Ogueta. El partido estelar, muy competido, se decantó del lado rojo, con Mikel y Markaida imponiéndose a Díaz de Guereñu y Amondo, que pusieron ímpetu y ganas en una jornada más competida de lo que indica el marcador y que se resolvió en cuanto el depósito de combustible del delantero azul llegó a la reserva.

Markaida no pudo imponer su golpe. Entre que no consiguió llevarla atrás y que Guereñu bajó algunos cuadros para echar una mano, al principio, el marcador se mantuvo igualado. Mikel Rafael estuvo mejor que en semifinales gracias a su saber estar habitual y Amondo prolongó su buen tono. La final senior se decidió por 22-10 para los favoritos pese al buen comportamiento de la pareja subcampeona en el partido que cerró la XXVI edición del torneo de aficionados.

El festival arrancó con la final del Cuatro y Medio cadete, en la que David Palacios se impuso en un bonito y equilibrado partido, 22-17, a Xabier Ruiz. Markel Arriolabengoa reinó en esta distancia en aficionados tras batir Aitor Arauzo por 22 a 12. En juveniles por parejas, los campeones fueron Mikel Sanz y Aitor Álava, vencedores por 22 a 16 ante Asier Sánchez e Iñaki Cariñanos. Sanz anduvo más tranquilo y Álava algo menos dominador, de ahí que el encuentro resultase algo más tenso y equilibrado.

Por otro lado, Haizea Salanueva e Itxaso Erasun vencieron en la modalidad de paleta goma en la primera edición del Masters de Vitoria-Gasteiz. Ambas se mostraron superiores (30-16) a la pareja local formada por Ane Ibáñez y Ane Isasmendi. Hegemonía clara de las campeonas como deja claro el marcador, con una Erasun mandona en la zaga, de lo que se aprovechó su compañera Salanueva para ser determinante en el juego en los cuadros delanteros.

Las derrotadas no estuvieron cómodas, aunque buscaron la manera de hacer daño intercambiando posiciones. Ni por esas. Erasu, sólida y potente atrás, permitió que su compañera jugara cómoda. Tanto Ibáñez como Isasmendi trasladaron inseguridad, fallaron más de la cuenta y anduvieron siempre a rebufo de lo que las rivales proponían.

En la modalidad de mano, Iera Agirre y Olatz Ruiz de Larramendi se adueñaron de la final al imponerse por 22 a 16 al dúo formado por Olatz Arrizabalaga y Naroa Agirre.

Olatz no tuvo el mismo papel estelar que en la semifinal del pasado día 5. Estuvo, eso sí, dura, y dominadora, pero Naroa fue capaz de oponer una resistencia tal que invitó a la otra Agirre, la delantera de la otra pareja, a cobrar un protagonismo especial. Iera dio una magistral lección sobre cómo entender el juego. Bulliciosa, lista y muy combativa, provocó más de un fallo en Arrizabalaga, capaz de lo mejor y de lo peor como un volcán descontrolado. De no haber jugado tanto con la chapa, el marcador hubiera estado todavía más equilibrado.

David Palacios batió por un reñido 22-17 en la final del Cuatro y Medio cadete a Xabier Ruiz en un partido bastante equilibrado