- Maialen Chourraut acabó su descenso final de piragüismo K1 lanzándole besos a su hija Ane. Buscando la cámara que le enfocaba en ese momento para mandarle a su retoño un poco de cariño telemático. De ese que se puso el año pasado tan de moda. Lo hizo llorando, incrédula. Sin saber muy bien aún qué había conseguido. Pero lo cierto es que la palista lasarterra hizo historia al convertirse en la primera deportista vasca en conquistar tres medallas olímpicas después de colgarse la plata de los Juegos de Tokio. La guipuzcoana, bronce en Londres y oro en Río de Janeiro, se ha subido al segundo escalón del podio japonés para ser ya la euskaldun con mejor palmarés olímpico. Es decir, la deportista de Basque Team no ha podido defender su trono en la modalidad de K1, puesto que el oro se lo llevó la alemana Ricarda Funk con un crono de 105.50 segundos. Pero poco importó. Porque Chourraut demostró su veteranía, experiencia y calidad con una bajada de escándalo, sin penalizaciones, y con un tiempo de 106.63 segundos entra en el Olimpo del deporte vasco.
La lasartearra se clasificó para la lucha por las medallas con el séptimo mejor tiempo de la semifinal (109.92 segundos), tras una bajada sólida, conservadora y con una única penalización en la puerta 23. La penúltima.
Pero a pesar de ello acabó muy lejos de la australiana Jessica Fox, que dominó la ronda como quiso. Así pues, de acuerdo a los cronos de la manga previa, en la final Chourraut saltó a la cálida agua del canal de Kasai en el cuarto lugar, es decir, sin conocer todavía los tiempos de las máximas aspirantes a regentar su reino; por lo que navegó a ciegas. Tan solo con la única certeza de que la eslovena Eva Tercelj, vigente campeona del mundo, estaba en las gradas después de caer eliminada en las semifinales tras saltarse una puerta.
Por ello, cuando la lasartearra salió al canal de aguas bravas, la referencia en la clasificación era la marca de la polaca Klaudia Zwolinska (108.98), pero ya se intuía que su liderato iba a ser efímero. Así fue porque se lo arrebató la misma Chourraut, con una bajada limpia, sin penalizaciones y en la que solo trabó en el tramo medio del circuito. Ahí se le marcharon un par de segundos que pudieron ser dorados, pero la lasartearra supo recuperar las sensaciones y, aunque el ritmo le costó un poco más, consiguió un tiempo nada desdeñable de 106.63 segundos.
En esos momentos, Chourraut era la referencia. Era el oro, pero quedaban seis rivales por bajar. La siguiente, la británica Kimberley Woods cometió enseguida un fallo imperdonable, se saltó una puerta nada más salir y quedó fuera de la pugna por las preseas. Quedaban cinco. Chourraut, con la mirada serena y aparentemente tranquila, esperaba resultados en lo más alto del podio provisional.
La neozelandesa Luka Jones, subcampeona olímpica, tampoco pudo con el ritmo impuesto por la guipuzcoana. Y la italiana Stephanie Horn tocó la primera puerta del canal y acabó a trompicones y entre lágrimas, muy lejos de lo que se esperaba de ella.
Quedaban tres y Chourraut mantenía la primera plaza provisional. Sin embargo, la alemana Ricarda Funk, la siguiente en salir, mejoró su crono (105.50). La palista germana mostró una navegación muy sólida y se llevó el gato al agua. Es decir, a falta de dos rivales, Chourraut era plata. Y, después, la eslovaca Elisa Mintalova, que tampoco pudo mejorar el tiempo de la lasartearra, confirmó que ayer por fin se mordía una medalla vasca. Solo quedaba que Fox, la gran favorita a todo, confirmara en qué escalón subía Chourraut. La australiana sufrió al comienzo una penalización que la obligó a subir de marcha durante el resto del recorrido. Lo hizo bien, hasta en ocasiones dio muestras de relegar a Chourraut al bronce; pero un toque en una de las últimas puertas la acabó mandando al tercer escalón. Chourraut era plata.
A sus 38 años de edad, la deportista de Basque Team conquistó ayer su tercera presea en unos Juegos, y superó en la clasificación olímpica a los regatistas Iker Martínez y Xabier Fernández -oro en Atenas y plata en Pekín-; y a los exjugadores de balonmano Josu Olalla e Iñaki Urdangarin -bronce en Atlanta y bronce en Sidney-.
La lasartearra se clasificó para la lucha por las medallas con el séptimo mejor tiempo de la semifinal (109.92 segundos)