- Cuatro Juegos, cuatro diplomas olímpicos para Ander Elosegi. Ayer en Tokio, el palista de Basque Team repitió el octavo puesto que logró en Río de Janeiro; sin embargo, las sensaciones fueron peores. El sabor de boca fue demasiado agrio. Y es que el irundarra se clasificó para la final de su modalidad, C1, con el tercer mejor tiempo. Es decir, se plantó en el descenso definitivo con el tercer mejor crono. Con licencia para soñar. Sin embargo, un toque en la puerta seis no solo le penalizó con dos segundos, sino que le descentró para el resto de la bajada, en la que fue acumulando centésimas hasta parar el crono en 106,59. Demasiado lejos de las medallas. La decepción se pudo ver en el rostro de Elosegi, que todavía sobre la canoa negaba con la cabeza. Como si no lograra comprender cómo había dejado escapar un podio que casi rozaba con su piragua. Porque el buen papel de las semifinales le permitió salir en el antepenúltimo lugar, después de saber qué tiempo había conseguido la mayoría de sus rivales. Y sus oponentes no cuajaron buenos descensos, con tiempos altos y varias penalizaciones. Es decir, la medalla no estaba regalada, pero sí de rebajas. Con un precio más bajo de lo habitual en una cita olímpica. Y Elosegi, con cuatro finales en sus brazos, lo sabía. Pero no lo aprovechó y de ahí su decepción. “Me queda una sensación agridulce porque me veía en los puestos de arriba si daba el nivel. Es una pena porque me veía con opciones de algo más y no ha podido ser. Cuando estás en la final siempre aspiras a un poco más y es un pena. La final no ha sido lo que esperaba, no he podido remar a mi nivel”, dijo el irundarra.
Y es que Elosegi se contagió del ritmo de sus predecesores, que no marcaron tiempos bajos hasta que llegó Benjamin Savsek. El esloveno afrontaba sus últimos Juegos y no quería despedirse de su carrera olímpica sin una medalla, así que encareció, y de qué manera, la prueba. Paró su crono en 98,25 segundos. Fue el único que consiguió bajar de la barrera de los cien, por lo que cuando Elosegi se paró al comienzo del canal de eslalon de Kasai sabía que el oro era casi inalcanzable. Pero se contentaba con el bronce. Después de tres diplomas olímpicos -dos cuartos puestos en Londres y Pekín y un octavo en Río-, su sueño era subir al podio de Tokio. Sin embargo, el descenso se le puso rápidamente cuesta arriba puesto que un toque con la cabeza en la puerta seis le costó no solo una penalización de dos segundos, sino también una desconcentración que le duró durante las 25 puertas. “He empezado fallando un poco en la parte de arriba, sabía que aún así podía optar a un buen puesto; pero al final me han faltado un poco de fuerzas, y en los 3 o 4 segundos encajados en la parte de abajo me dejaron ya fuera de toda opción”, admitió Elosegi.
Así, aunque el palista de Basque Team reconoció que los organizadores de Tokio habían preparado “un recorrido muy difícil en el que había que estar muy atento en todas las partes”; también fue muy crítico consigo mismo: “Ahora no valoro el diploma de forma positiva, pero creo que en el futuro, más adelante, veré las cosas de otra manera. Me quedo con la pena de no haber hecho un buen descenso, independientemente del puesto conseguido”, dijo. Con todo, también supo hacer autocrítica: “No diría que hubo falta de concentración sino quizás un poco de precisión en algún punto que me ha hecho perder la línea de navegación. He tocado una puerta por un pequeño despiste”. En definitiva, Elosegi terminó lejos de los tiempos del esloveno Benjamin Savsek (98,25), oro; el checo Lukas Rohan (101,96), plata y del alemán Sideris Tasiadis (103,70), bronce.
Después de este agridulce octavo puesto, Ander Elosegi evitó hablar de su futuro. El palista de Basque Team es consciente de que, a sus 33 primaveras, un nuevo ciclo olímpico sería demasiado largo; a pesar de que para París solo quedan tres temporadas, por lo que acudiría con unos nada inusuales 36 años. Por ello, el irundarra manifestó que, por el momento, solo piensa “en descansar”. Hablar de los Juegos de la capital francesa es, todavía, palabras mayores para él. Prefiere ir poco a poco: “Después de estar unos días relajado ya se verá si el año que viene sigo con la temporada. Ahora no puedo plantearme un ciclo olímpico de golpe, por lo que si sigo, será para hacerlo año a año”.
De esta forma, por el momento Elosegi descansará y se centrará en el campeonato del Mundo que se disputará el próximo septiembre en Bratislava. Con todo, a pesar de que aún no disfruta de su diploma de Tokio como debería, el irundarra puede estar orgulloso del palmarés que dejaría atrás: bronce por equipos en el Mundial de La Seu d’Urgell en 2009, bronce individual en el Europeo de 2016 y plata en la Copa del Mundo de 2002.
“Me quedo con una sensación agridulce porque me veía con nivel para estar arriba”
“Ahora no valoro el diploma de forma positiva, pero en un futuro sí lo haré”
Piragüista