No hay manera. Inglaterra parece tocada por la maldición de Béla Guttmann que conocen muy bien en el Benfica. Ni en un torneo en el que todo parecía ir encaminado a su victoria final, con seis de los siete partidos disputados en Wembley, un penalti mucho más que dudoso a favor en la semifinal frente a Dinamarca y un gol en el minuto dos de la final ante Italia. Ni con esas. Los ingleses pagaron cara su racanería, dejaron vivos a los transalpinos, que si algo saben es moverse en el fango, y con un Donnarumma que ya ha hecho olvidar a Buffon, gracias en parte a sus tres paradas consecutivas en los penaltis, Italia conquistó su segunda Eurocopa tras una emocionantísima tanda de penaltis e Inglaterra tendrá que esperar. ¿Hasta cuándo?

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La final de la Eurocopa entre Italia e Inglaterra, en imágenes

El fútbol vuela de casa. De Londres a Roma. "It's not coming home", por adaptar la canción con la que los británicos dieron la bienvenida a la Eurocopa que celebraron en 1996 y que desde entonces se ha convertido en un himno. Italia, probablemente la selección que mejor fútbol ha practicado en el torneo, con excepción quizá de los dos últimos partidos, se mantuvo con vida, en parte gracias a un enorme Chiellini que está en el paro a día de hoy pero al que le lloverán las ofertas, y a Jorginho y Chiesa. Este último ha sido una de las mejores noticias de una Eurocopa vibrante que tuvo un final más que digno. De paso, Southgate aprendió una gran lección de cara al futuro: no por considerar que un futbolista es mejor lanzador vale con meterlo en el minuto 120. De hecho, fallaron sus dos apuestas finales: Rashford y Sancho; también Saka, un joven de 19 años que erró el quinto y definitivo lanzamiento.

La intensidad con la que los italianos cantaron el himno se perdió en algún lugar de difícil acceso, de lo contrario no se entienden las muchas facilidades que le pusieron a Inglaterra para que los visitantes, más locales que nunca por aquello de que la final se disputó en un estadio de Wembley prácticamente abarrotado, se adelantaran en el marcador en el segundo minuto de juego. Shaw culminó con un potente remate con la zurda una contra que él mismo inicio en banda izquierda y que acabó en el área rival tras asociarse con Kane en el centro del campo y después de que este encontrara a Trippier más solo que la una en el costado diestro. Contemporizó a la perfección el lateral del Atlético de Madrid, que alzó la cabeza para avistar a su compatriota, al que sirvió un medido centro para que este fusilara a Donnarumma.

ITALIA, CONTRA LA LONA

El tempranero gol dejó noqueados a los italianos, superados por los ingleses en todas las facetas del juego y sin poder contrarrestar el dominio de ninguna manera. La primera parte se jugó a lo que quiso Inglaterra, que se sintió cómoda achicando espacios, buscando contras con el veloz Sterling y el apoyo de sus carrileros, pero también con balones en largo a la cabeza de Kane. El delantero, criticado en las islas al inicio del torneo por no haber marcado en la fase de grupos, se desquitó en las eliminatorias con cuatro goles en tres partidos y ayer ofreció unos primeros 20 minutos de juego excelsos. Eso sí, la superioridad exhibida sobre el verde no tuvo reflejo en acciones claras de peligro, hasta el punto de que el gigante Donnarumma pasó prácticamente desaparecido.

Los de Southgate, un entrenador que parece no conocer la palabra riesgo, quizá por aquello de que fue central en su época de futbolista, se conformaron con su escueta renta. El plan pasaba por dejar consumir los minutos, que no pasara nada, pero con 88 minutos por delante y un rival de la talla de Italia enfrente, que lleva casi tres años sin perder un partido, desde septiembre de 2018, apostarlo todo a una única carta no parece la mejor opción. Mancini, que si algo tiene es manga ancha y capacidad para mover el banquillo con más soltura y alegría que su colega, movió fichas antes de la hora de juego. Para entonces se había confirmado la mejoría de su selección, que se entonó a las puertas del descanso y se mostró muy superior a Inglaterra.

BONUCCI, AL RESCATE

Los transalpinos, guiados por un incisivo Chiesa, hasta que una lesión lo sacó del partido, se encontraron con el tanto del empate en un rechace dentro del área inglesa que Bonucci no desperdició. El veterano central salió al rescate de los suyos pasada la hora de juego e hizo justicia a los méritos de unos y otros.

Sin grandes ocasiones, al margen de un par de llegadas de Italia con balones largos, el partido se encaminó irremediablemente hacia la prórroga mientras el mundo del fútbol asistía incrédulo a la inoperancia de Southgate, que no dio entrada a Grealish, un futbolista diferente, sin duda el de más calidad individual de su equipo, hasta el minuto 99.

Para entonces Inglaterra se había atrincherado ya en su campo y sus visitas al área de Donnarumma fueron contadas. Italia dominó la posesión y cuando su rival le intentó buscar las cosquillas a la contra asomaba Chiellini, que ejerció de cortafuegos.

Así, el choque llegó a los penaltis. A la lotería. O eso dicen. Esa en la que Donnarumma juega muchos boletos. Demostró ante España en semifinales que tiene un don para adivinar las intenciones de los lanzadores y anoche atajó los tres últimos. Tres penaltis para la gloria de Italia, que se lleva el fútbol lejos de su casa: a Roma.

LA FICHA

Italia: Donnarumma; Di Lorenzo, Bonucci, Chiellini, Emerson (Min. 118, Florenzi); Jorginho, Barella (Min. 54, Cristante), Verratti (Min. 96, Locatelli); Chiesa (Min. 86, Bernardeschi), Immobile (Min. 55, Berardi) e Insigne (Min. 91, Belotti).

Inglaterra: Pickford; Trippier (Min. 71, Saka), Walker (Min. 120, Sancho), Stones, Maguire, Shaw; Kalvin Phillips, Rice (Min. 74, Henderson; min. 120, Rashford), Mount (Min. 99, Grealish); Sterling y Kane.

Goles: 0-1: Min. 2; Shaw. 1-1: Min 67; Bonucci.

Penaltis: Berardi: marca (1-0). Kane: marca (1-1). Belotti: para Pickford (1-1). Maguire: marca (1-2). Bonucci: marca (2-2). Rashford: para Donnarumma (2-2). Bernardeschi: marca (3-2). Sancho: para Donnarumma (3-2). Jorginho: para Pickford (3-2). Saka: para Donnarumma.

Árbitro: Bjorn Kuipers (Países Bajos). Amonestó a Barella, Bonucci, Insigne, Chiellini y Jorginho, de Italia; y a Maguire, de Inglaterra.

Incidencias: Final de la Eurocopa, partido disputado en el Estadio de Wembley ante 67.173 espectadores.