a victoria del pasado sábado en el Open Bizkaia fue más que un título para Iker Gordon (Sopela, 1990). Fue el reencuentro con la victoria. Tras rozar la txapela en demasiadas ocasiones, al fin el trabajo se convirtió en la mejor de las recompensas y logró conquistar el entorchado, que llegó con el premio añadido de ser nombrado el mejor pelotari del torneo. Este esperado triunfo llegó con el pelotari con el que también estrenó su palmarés profesional, Esteban Gaubeka. La compenetración entre ambos fue clave y eso se pudo ver en la final ante Pablo Fusto y Asier del Río. Los vizcainos fueron superiores y consiguieron la victoria por tres jokos a cero. El zaguero de Sopela impuso su jerarquía en los cuadros largos una vez más y esta vez en la final, en ese escenario esquivo en ocasiones anteriores, la suerte sí que estuvo de su lado y consiguió un merecido triunfo.

El resultado final no evitó que Gaubeka y Gordon tuvieran que trabajar. En el primer intercambio de pelotazos, Fusto se sintió muy cómodo y el encuentro se complicó mucho para los vizcainos. “Empezamos como siempre, fríos. Pero confiamos en nosotros y jugamos como pareja, que es como siempre lo hacemos Esteban y yo. Al final así es cómo se sacan los partidos. Tras ganar el primero, el segundo ya lo sacamos bien y el tercero comenzamos perdiendo, pero luchando otra vez le dimos la vuelta”, analiza el guardaespaldas de Sopela, que fue nombrado mejor pelotari del torneo, un honor individual que quiso compartir con su compañero: “Al final es un campeonato a parejas y el trofeo también es de los dos. Sin Esteban no lo hubiera conseguido”.

Este fue el segundo título para Gordon en el campo profesional. El primero de ellos fue junto a Gaubeka también y desde entonces reconoce que juega muy a gusto con el delantero de Armintza: “Siempre voy a recordar que la primera txapela que gané fue con Esteban. Nos compenetramos muy bien. En los malos momentos, que es cuando hay que animarse, nos apoyamos y tiramos para adelante. Eso es lo que te hace ganar partidos”. Gaubeka tiene un gran palmarés y es una de las referencias del cuadro. Sin embargo, el zaguero de Sopela no se corta a la hora de hablar dentro de la cancha. “Siempre le doy mi opinión. Al final, el zaguero desde atrás ve el juego y le digo cómo tenemos que jugar, él también me dice que lo haga. Nos compenetramos muy bien”, añade.

Esta victoria también sirvió a Gordon para dejar atrás las oportunidades que escaparon y llegar al cajón más alto del podio. “Tenía esa espina. Llevo varios años llegando a unas cuantas finales y no terminaba de llegar la txapela. Este año además perdí en la final de la Liga Kutxabank 3-2. Me pitaba ya ponerme una txapela en la cabeza”, apunta.