Duración: 45:38 minutos de juego.

Saques: 3 de Zabaleta (tantos 2, 6 y 7) y 9 de Altuna III (tantos 3, 4, 6, 9, 10, 11, 12, 15 y 16).

Pelotazos: 188 pelotazos a buena.

Tantos en juego: 4 de Zabaleta y 11 de Altuna III.

Errores: 1 de Zabaleta y 1 de Altuna III.

Marcador: 0-1, 0-12, 3-12, 3-16, 4-16, 4-18, 8-18 y 8-22.

Botilleros: Ejercieron de botilleros Fermín Eskudero (con Zabaleta) y Gorka Altuna (con su primo Jokin).

Incidencias: Partido correspondiente a las semifinales del Campeonato Manomanista de la LEP.M disputado en el frontón Bizkaia de Bilbao a puerta cerrada. En el primer partido, Salaberria-O. Etxebarria ganaron a Arteaga II-Larunbe (9-18). En el tercero, Ezkurdia-Tolosa vencieron a Urrutikoetxea-Aranguren (14-22).

- Jokin Altuna se clasificó ayer en el frontón Bizkaia de Bilbao para su tercera final del Manomanista y la que será su octava final individual en cinco años. Una barbaridad. El delantero de Amezketa se impulsó en el saque para destrozar a un José Javier Zabaleta que no fue capaz de dar la vuelta a un inicio romo y falto de su gran virtud: la pegada. El etxarrendarra se fue al primer descanso largo sin haber levantado un solo cartón y encajó nueve saques en los primeros 16 tantos. Espeso y desconocido en labores en las que suele marcar la diferencia, el campeón del Parejas se despidió del Manomanista con un epílogo gris y discreto. Más aún con sus anteriores encuentros en la hemeroteca: nobleza obliga. Altuna III es un delantero caracterizado por su olfato y su inteligencia, un competidor de raza, hambriento hasta el tuétano. Altuna III no solo es veneno, duende y magia, a pesar de tenerla, y mucho, sino que es un gran restador, un defensor soberbio y tiene un besagain poderoso y exquisito. Jokin tiene capacidad para extender y para sujetar. Jokin tiene poder. Poder es deber. De hecho, en el cuerpo a cuerpo con Zabaleta, un musculoso y exquisito jayán, se mostró descarado y sin complejos. Sí que es cierto que el zaguero no estuvo cómodo en toda la contienda, quitando algunos pelotazos de genio, pero la virtud física -y que goza cada pelotazo- argumenta el progresivo ascenso, escalón a escalón, de Altuna III hasta un cénit desconocido. ¿El límite es el cielo? No, no lo hay.

El amezketarra se encontró con una tormenta perfecta para comenzar la contienda. Endosó doce tantos de un tirón. Inerme Zabaleta, sus problemas en el resto impulsaron al campeón de 2018. Velocidad de crucero azul; debacle colorada. Siete de la docena fueron con el primer disparo. En un abrir y cerrar de ojos se escapó la semifinal por el sumidero. Altuna III tomó el mando y no lo perdió. Ni un ápice. Tras el paso por el vestuario, al que Zabaleta accedió visiblemente enfadado por su propia actuación, el navarro buscó algo de agresividad para maquillar el luminoso. Lo hizo a fogonazos, porque la pelota no le entraba en la mano. No obstante, en los momentos en los que tuvo oportunidad para dar lustre a su saque -veloz y mordaz-, Jokin asomó con una gran capacidad para demudar esa potencia a base de técnica.

Altuna III fue superior en todas las facetas a su contrincante, apeado del Manomanista con una derrota compleja y en la que no se sintió a gusto en ningún momento. Lo que parecía en principio una lucha de estilos preciosa acabó transformándose en un amago. Altuna III buscará su segundo cetro del mano a mano el 13 de junio en el frontón Bizkaia.

Sin problemas. Jokin Altuna recibió un golpe en el pulgar de la mano izquierda en el último tramo del partido, pero manifestó que “he cogido algún golpe que otro, pero quedan dos semanas y saldremos a por todas para redondear una temporada en la que apenas hemos tenido vida social”. “Tengo el dedo un poco morado. Entonces he tenido la suerte de hacer un par de tantos y utilizar más mi derecha”, señaló al final del encuentro. Asimismo, valoró estar muy “contento” por entrar en la final del Manomanista para intentar “poner la guinda”.