l comienzo de la etapa ha sido una locura. Todos sabíamos que el viento esperaba y hasta que nos hemos adentrado hacia la montaña, ha habido muchísimo movimiento. En varios momentos se ha roto el grupo, pero el viento no era lo suficientemente fuerte para que se rompiera el pelotón. Éramos conscientes de que era una jornada para que la fuga llegara. En el Giro están teniendo mucho éxito. No es lo más común en una gran vuelta. La victoria de Lafay, una joven promesa, ha sido una sorpresa. Hasta ahora no se había destapado. Entre los de la general se ha impuesto la vigilancia. Además, en un final de esas características era muy complicado hacer diferencias. Nadie se ha animado a arrancar. En mi caso, me ha tocado la mala suerte. Un corredor se ha caído delante mío y no he podido esquivarlo. He tenido que esperar al coche y cambiar la bicicleta. Al final he perdido 30 segundos y con el retraso que llevaba acumulado, se complica la general. El final de la novena etapa puede marcar diferencias.