sta vez sí que ha sido una etapa tranquila. El recorrido, en paralelo a la costa Adriática, colaboraba con ello. Estaba trazado con tiralíneas. Además, el fuerte viento de cara no ayudaba precisamente a la fuga. Solo tres valientes se han animado a intentar abrir distancia. Era una escapada que estaba condenada a morir sí o sí. Al pelotón se le hace muy fácil perseguir en escenarios de ese tipo: llanos y con el viento de cara. Les han cogido cuando han querido. El esprint estaba cantado y Caleb Ewan ha ganado con enorme autoridad. Es el velocista más fuerte del Giro. El movimiento de Gaviria para sorprender desde lejos era bueno, ha intentado anticiparse el colombiano, pero Ewan se ha visto tan superior que él mismo ha sido capaz de cerrar el hueco para después lanzarse hacia la victoria sin oposición. En la octava etapa se espera algo de acción con esa cota de tres kilómetros cerca del final, pero no creo que haya muchas diferencias entre los favoritos de la general.