- Danel Elezkano (Zaratamo, 1994) se llevó un buen chasco en el Campeonato de Parejas del curso pasado. Aspe no contó con él pese a ser el campeón en curso. Un año y medio después aspira de nuevo a la txapela.

¿A qué sabe la final?

—A felicidad. Si hace un año me hubieran dicho que iba a estar aquí, no me lo habría creído. Al final, nunca hubiera pensado que iba a tener la oportunidad de jugar una final de este tipo y estoy teniendo la suerte de poder disputar estos partidos. Es un premio. Estoy contento. Espero dar un buen nivel.

Si echa la vista atrás, hace una campaña se quedó sin poder siquiera disputar el Parejas, aún siendo el campeón, por decisión de su empresa. Fue un golpe duro.

—Fue muy duro, sí. Yo respetaba esa decisión, pero fue un golpe muy grande, que, sobre todo, me ha enseñado muchas cosas. Mi manera de ver el deporte también ha cambiado y trato de disfrutar. Intenté aprender cosas de ello. Estoy convencidísimo de que me ha enseñado, sobre todo, en el ámbito psicológico, porque he sido capaz de darle la vuelta. En su momento trabajé con la misma ilusión y las mismas ganas. Estoy feliz de haber podido salir de esa situación. También me siento muy afortunado por la gente que tengo alrededor. En esos momentos les sentí muy cerca. Eso lo valoro mucho más.

¿Ahora es un pelotari más duro?

—No sabría decirlo. Para mí el deporte es algo más que ganar o perder. Muchas veces la sociedad se equivoca a la hora de enfocarlo todo hacia la victoria. El deporte es más que eso: es una herramienta fundamental para transmitir los valores a los niños y a las niñas y es importante disfrutar de él. Ese proceso me enseñó muchas cosas y una de ellas puede ser esa. No sé si soy más fuerte, pero sí sé que psicológicamente estoy feliz, porque pude darle la vuelta a esa situación, ya que el golpe fue duro. Desde el primer momento supe seguir entrenando con las mismas ganas, como si estuviera en el Parejas. Además, sentí el cariño de la gente cercana: mi familia, mi chica, mis amigos y la gente que trabaja conmigo, Jokin Etxaniz y mis preparadores Aitor Erauzkin y Volker Tarnow. Muchas veces se aprende también así.

De todos modos, es complicado salirse de esa dicotomía entre victoria y derrota como catalizadores de la carrera de un deportista, más todavía estando integrado dentro del ámbito profesional, ¿no?

—En el deporte profesional parece que solo vale la victoria. Este año he tenido la suerte de hacer un postrado sobre el buen trato de la adolescencia y la infancia en el deporte y te das cuenta de que esas cosas no se hacen bien. El deporte, en general, se enfoca hacia la victoria pero hay cosas más importantes. En mi caso personal, soy afortunado por los formadores y los familiares que he tenido cerca, dado que me han enseñado lo que es el deporte. Para mí, los valores valen más que cualquier victoria. Me estoy refiriendo al respeto al compañero, los rivales, los jueces y, sobre todo, al pelotazale. Eso es más importante que cualquier cosa y, sin embargo, no se enfoca así. Sin ir más lejos, recuerdo haber visto un partido recientemente y en los comentarios casi se alababa cuando el pelotari pegaba un juramento o gritaba. Creo que es necesario darle una vuelta a eso.

Continúe.

—A todos nos gusta ganar. El que me conoce sabe que soy muy competitivo, pero hay formas distintas de hacer las cosas. Ganar está muy bien, pero es necesario transmitir valores a los niños mediante el deporte y la educación para crecer como personas.

Puede ser un ejemplo a seguir.

—No sé si lo soy. Trato de transmitir todo lo que me han mostrado desde pequeño. Mi padre, el que más me ha enseñado de esto, nunca me habría reñido por un partido. Nunca se fijaba en cómo jugaba; por supuesto, siempre me enseñaba cosas, pero sobre todo se trataba de aprender valores. Siento que vale mucho más un buen comportamiento y el respeto que cualquier otra cosa. Soy feliz con eso. Trato de hacer las cosas lo mejor posible. No quiero ser un ejemplo, quiero que las cosas se hagan bien.

Este año ha cursado el postgrado de Deporte, Educación y Convivencia: Protección de la Infancia y la Adolescencia, pero sus inquietudes no nacen de ahí.

—Es algo que siempre ha estado dentro de mí. Me he sentido afortunado en el deporte, porque nunca he estado enfocado hacia la victoria, que es a lo que nos lleva esta sociedad. Comprendo la postura en el profesionalismo, pero no entiendo ciertos comportamientos. El temario del postgrado me llamó la atención y me apunté. Estoy muy contento. Me he dado cuenta de la suerte que he tenido y de la mala que han tenido otras niñas y niños. El día de mañana me gustaría trabajar con ellos y entrenarles. Formarme en ese sentido me va a enriquecer.

¿Somos resultadistas?

—No entro solo en eso. En el deporte escolar se ven comportamientos que no vienen a cuento. Después, hay situaciones que se dan que no deberían darse. Parte de culpa viene de la concepción del deporte por parte de la sociedad.

Cambiando de tema, el domingo disputa su tercera final del Campeonato de Parejas y busca su segunda txapela. ¿Cómo están Zabaleta y usted?

—Nos habría gustado llegar a la final con una victoria en el Labrit, pero todas las combinaciones hemos tenido días mejores y peores. Es un campeonato largo y es difícil aguantar tanto tiempo con la misma chispa. El Parejas que hemos hecho hasta ahora es para estar contentos, ya que las cosas nos han salido bien. Ahora todo se decide a un partido y todos somos conscientes de que será muy complicado.

Derrotaron a Altuna III-Mariezkurrena II por 22-7 y a los finalistas Peña II-Albisu por 22-8 en las semifinales. ¿Se consideran favoritos?

—De poco sirve esa etiqueta si en la cancha no la demuestras. Es una final, se juegan muy pocas y vamos a tratar de disfrutarla. Nos gustaría dar nuestro nivel. Esperamos sacar nuestro mejor juego.

Está jugando con el pelotari más determinante del Parejas, José Javier Zabaleta.

—Hay zagueros que marcan diferencias y él es uno de ellos. No es cuestión solo de este campeonato. Desde hace cuatro o cinco años está mostrando una regularidad terrible. Es una suerte poder jugar con él y ver que está disfrutando en la cancha. Tenemos muy buena relación fuera del frontón y eso hace que nos entendamos mejor.

¿Cómo se le mete mano a Jon Ander Peña y Jon Ander Albisu?

—Están en un momento de gran confianza. Ante Altuna III-Mariezkurrena mostraron que están a un nivel muy bueno. Dan mucha velocidad a la pelota. Espero una gran final.

Han jugado muchos partidos sin público en el frontón, pero el domingo vivirán un partido muy especial a puerta cerrada.

—Me hace mucha ilusión jugar esta final, pero es distinta a las anteriores. La vez anterior ya dije que si me hacía ilusión jugar una final era por la que generaba a la gente que tengo cerca. Este año no podrá ser así. Es una pena. La salud es lo primero y la situación es la que es.

"De poco sirve la etiqueta de favoritos si no la demuestras en la final. Esperamos dar nuestro nivel el domingo"

"Trato de comportarme lo mejor posible; no quiero ser un ejemplo, quiero que se hagan las cosas bien"

"Para mí el deporte es algo más que ganar o perder. La sociedad se equivoca al enfocar todo hacia el triunfo"