as instituciones vascas claman contra la UEFA y la Federación Española de Fútbol (RFEF) por la decisión de eliminar San Mamés como sede de una Eurocopa que aterrizará en La Cartuja. La premisa lanzada por el organismo continental de que hubiera público en los estadios durante la competición hizo estallar todo por los aires y permitió actuar a Luis Rubiales (Las Palmas de Gran Canaria, 1977), presidente de una RFEF que puso en marcha su dudoso plan arremetiendo contra el Gobierno vasco por las contundentes condiciones sanitarias establecidas para permitir la asistencia de espectadores a La Catedral.
Al abordar la situación el pasado día 7, el ente comandado por Rubiales, con la búsqueda de ingresos por bandera, comunicó que "es falso que la RFEF haya participado o acordado con el Gobierno Vasco estas condiciones sanitarias, que son imposibles de cumplir. Ayer se recibió el conjunto de requisitos que el Gobierno Vasco impone para la presencia de público en la Eurocopa y desde el primer momento se les hizo ver la imposibilidad de aceptación por parte de la RFEF". A partir de ahí, sin ruborizarse, quedó clara la inclinación de Rubiales por La Cartuja, hasta el punto de reconocer el pasado viernes que "Bilbao tiene problemas y La Cartuja sería un lugar magnífico, así que voy a trabajar para que la sede se quede en España".
Dicho y hecho. Rubiales, a pesar de que la pandemia golpea también con fuerza a Andalucía en la cuarta ola con la consiguiente complejidad de introducir espectadores en el estadio sevillano, se puso manos a la obra y conseguirá finalmente que el recinto andaluz pase a ser escenario de un torneo en el que las instituciones vascas tienen claro que a la RFEF "nunca le gustó Bilbao como sede de la Euro2020". El plan de traer la competición a Bilbao, que comenzó a cocinarse seis años atrás y que fue un empeño de Ángel María Villar, entonces presidente de la RFEF que encontró el apoyo del alcalde Iñaki Azkuna y la complicidad de su amigo Michel Platini, quien lideraba la UEFA, se ha venido debajo de este modo con la colaboración de un Rubiales que vuelve a asomar en el ojo del huracán por otra oscura maniobra a ojos de las instituciones vascas.
La última, también con La Cartuja de por medio, tuvo lugar en vísperas de la celebración de la final de Copa que midió a Athletic y Real Sociedad. Rubiales, al frente de la Federación Española desde el 17 de mayo de 2018, intentó que el estadio, que comenzó a funcionar ayer como centro de vacunación masiva frente al covid-19, acogiera hasta 15.000 espectadores en las gradas. Su deseo, sin embargo, no obtuvo el visto bueno por parte de ninguno de los dos clubes y fue fulminado por la ministra de Sanidad, Carolina Darias, quien cuestionó públicamente el paso dado por el organismo presidido por un hombre que en tres años de mandato ha protagonizado otros sonados y controvertidos episodios con los que va camino de superar las polémicas que rodearon durante su larga legislatura a Villar.
Rubiales, expresidente de la Asociación de Futbolistas Profesionales (AFE) que se convirtió en el vigésimo cuarto presidente de la RFEF al dar un vuelco a las previsiones y superar a Juan Luis Larrea, el eterno tesorero de un Villar al que el canario apoyó hasta que el bilbaino tocó la cárcel, inició su mandato con el polémico cese de Julen Lopetegui como seleccionador español dos días antes del comienzo del Mundial de Rusia de 2018.
Su eterna lucha de poderes con el presidente de LaLiga, Javier Tebas, también ha derivado en arduas disputas por el plan de llevar un partido del campeonato de la regularidad a Miami, la pelea por los horarios que pasó por los juzgados y de la cual ha sido víctima el Athletic esta temporada, el control de la Liga Iberdrola, el VAR o la decisión de Rubiales de llevarse la Supercopa de España a Arabia Saudí durante tres años por 120 millones de euros.
Peleado también con David Aganzo, reelegido como presidente de la AFE, Rubiales suma ahora a su larga lista de polémicas la apuesta final por La Cartuja en detrimento de San Mamés de cara a una Eurocopa que pasará a albergar un estadio que, además de las dos finales de Copa, acogerá tras el acuerdo alcanzado por el propio Rubiales y la Junta de Andalucía veinticuatro encuentros de la selección española en los próximos años.
En la web de la UEFA. Los aficionados que hayan comprado entradas para los partidos de la Eurocopa que iban a jugarse en Bilbao disponen de plazo para devolverlas hasta el próximo lunes, día 26, una vez que la UEFA ha confirmado que San Mamés no será sede de la competición continental. Aquellos seguidores que quieran devolver sus localidades pueden hacerlo en el portal de venta de entradas de la UEFA (www.uefa.com/uefaeuro-2020/ticketing/#/) que ya está operativo para recibir el reembolso completo.
"Bilbao tiene problemas y La Cartuja sería un lugar magnífico", avisó Rubiales hace unos días
En sus tres años de mandato al frente de la RFEF ha protagonizado sonados y controvertidos episodios