El Chelsea inglés certificó sin problemas su regreso entre los mejores de la Liga de Campeones tras clasificarse para las semifinales siete años después tras apear al Oporto portugués, con el que perdió por 0-1 el duelo de vuelta, aunque encajó el golazo de Taremi ya en el minuto 93 y sin haber pasado grandes apuros.
La temporada 2013-2014 fue la última de la máxima competición continental que vio en la penúltima ronda al conjunto londinense, que había perdido parte del protagonismo que había llegado a tener y que le habían llevado a coronarse campeón en 2012. En aquella última aparición, el Atlético le dejó fuera de la final y ahora podría ser el Real Madrid el que frustre sus intenciones, siempre y cuando los de Zinédine Zidane eviten una semifinal inglesa eliminando al Liverpool.
Al equipo de Thomas Tuchel le bastó un partido correcto y sin excesivo brillo como en la ida de hace una semana celebrada también en el Ramón Sánchez-Pizjuán para hacer valer el óptimo 0-2 que tenía como botín y que nunca fue realmente amenazado por su rival, menos ambicioso de lo que el duelo requería, pero que al menos se consoló con la victoria.
Sergio Conceiçao había advertido en la previa que había que controlar la ansiedad y que había que evitar encajar, y parece que los 'Dragones' salieron con poco fuego con el que intimidar a Mendy. El técnico portugués sólo dispuso a Marega como arma ofensiva, dejando a Taremi en el banquillo, y pese a la vuelta de Sergio Oliveira nunca dio la sensación de poder resquebrajar a un Chelsea que se planta en semifinales con sólo un gol encajado en eliminatorias.
Con todo, el Oporto salió intenso y se hizo con el control del partido ante un rival que prefirió de nuevo esperar su oportunidad al contragolpe, pese a sacrificar a alguna pieza clave como Werner, suplente, para dejar espacio a Mount, Pulisic y Havertz como estiletes en ataque.
Golazo de Taremi
En una primera parte con pocas concesiones, las mejores opciones casi siempre dieron la sensación de ser del equipo londinense, que tuvo dos buenas a través de Mount y de Havertz, bien salvadas por la zaga portuguesa. Un error de Mendy que no fue aprovechado correctamente por Corona y un lanzamiento del mexicano por encima del larguero fueron las que tuvieron los locales.
Los segundos 45 minutos tampoco tuvieron gran historia. Los de Sergio Conceiçao empezaron de nuevo con más ímpetu y al menos 'colgando' balones al área, y los de Thomas Tuchel siempre amenazantes en las transiciones. Pulisic no atinó desde el corazón del área una buen pase de Chilwell y Manafa se volvió a cruzar rápido ante Mount.
Estas dos ocasiones asentaron al Chelsea, que tampoco se inmutó demasiado con la entrada de Taremi a falta de media hora, aunque el iraní probó con un cabezazo la solvencia de Mendy. A partir de ahí, los visitantes controlaron el choque sin problemas y aunque Pulisic tuvo en su mano el triunfo en los compases finales, el protagonismo fue para el golazo de chilena de Taremi en el 93, ya sin tiempo para buscar el milagro y quitando quizá la razón a su técnico de no alinearle de inicio.