"La vida son oportunidades, son experiencias, y cuando vienen hay que cogerlas". Esta filosofía de vida tan relacionada con el proverbio latino carpe diem y la que, a lo largo de la misma, le ha llevado a tomar decisiones complicadas pero, al mismo tiempo, necesarias para disfrutar del baloncesto. "Si algo no te hace feliz, no merece la pena. Muchas veces nos olvidamos de qué es lo que nos hace sentirnos así y es muy importante estar en un sitio en el que te valoren y te sientas a gusto e importante".

En busca de su bienestar deportivo, dar pequeños pasos atrás nunca ha sido un problema para la baloncestista gasteiztarra -y menos si sirven como impulso para el futuro-. Comenzó la presente campaña enrolada en el Durán Maquinaria Ensino de Lugo y, a tenor de sus contadas opciones en el equipo gallego, optó por rescindir su contrato y firmar por el Ucam Primafrío Jairis, club murciano de la Liga Femenina 2. "Este cambio de aires es algo que busqué yo. No me sentí cómoda en Lugo y, además, tuve unas pequeñas molestias en el tendón de Aquiles que me impidieron entrar en dinámica", explica.

Su papel ha sido fundamental en la escuadra dirigida por Víctor Verdú y, tras una gran temporada regular, ahora afronta junto a sus compañeras una breve fase de ascenso en la que, si quieren una plaza en la máxima categoría, tendrán que liderar un grupo formado por el Baxi Ferrol, invicto hasta ahora y exequipo de Tudanca, y el Advisoria Maresme. "Estamos muy contentas. El objetivo era clasificarnos para el play off -el primero que juega el Jairis en su historia- y lo hemos conseguido. Tenemos mucha ilusión y puede pasar cualquier cosa. No tenemos la presión que sí tienen otros equipos, pero lo vamos a dar todo y que sea lo que tenga que ser", comenta.Echando la vista a la trayectoria de Marta Tudanca, que cumplirá en unos días 31 años, vuelve a quedar clara su intención de "aprovechar las oportunidades" comentada al principio. Con solo 14 años dejó Vitoria-Gasteiz -y el San Viator- para adentrarse en una de las canteras más prolíficas del baloncesto nacional, la del Siglo XXI: "Me costó tomar la decisión y, en gran parte, fueron mis padres los que me convencieron de ir a Barcelona. No se puede desaprovechar algo así y, si no sale como esperabas, siempre puedes volver". Volvió a la capital alavesa, pero no porque las cosas le fueran mal, más bien todo lo contrario.

Después del club catalán, la alero vitoriana jugó en dos etapas con el Universitario Ferrol -hoy en día Baxi Ferrol-, debutó con el Club Deportivo Bembibre en la máxima categoría, donde también compitió con el Al-Qázeres y la Fundación Promete, y tuvo su primera experiencia internacional con el Unión Florida argentino antes de llegar al Araski. "Siempre había querido volver a Vitoria después de haberme marchado tan joven al club de alto rendimiento y, cuando tuve la oportunidad, no lo dudé. Me apetecía y, además, quería jugar rodeada de mi familia y amigos", recuerda.

Tras dos temporadas bajo las órdenes de Madelén Urieta, tuvo su primera experiencia en Eurocup con el Rutronik Stars de Alemania. Más tarde volvió a Ferrol, donde realizó una gran temporada que llamó la atención del Ensino Lugo y hasta hoy, que defiende los colores de un equipo "humilde y modesto" que "trata a sus jugadoras con cariño y afecto", algo muy importante para todo deportista de élite que, en muchas ocasiones, suele brillar en los clubes más grandes, pero por su ausencia.

Tudanca y sus compañeras del tras clasificarse para el play-off el pasado 20 de marzo. @CBJairis

Asimismo, una de la curiosidades del baloncesto femenino español de la que, además, se ha aprovechado Tudanca, es el largo parón que se produce una vez termina la temporada. Muchas jugadoras aprovechan esos cuatro o cinco meses para viajar a Latinoamérica y competir en Argentina o Ecuador, que tienen sus ligas en marcha entre abril y septiembre. "Fueron experiencias bonitas. Me sirvieron para mantenerme en forma, conocer nuevas culturas y, sobre todo, crecer como persona. Guardo mucho cariño a esos años y se lo recomiendo totalmente a las jóvenes que aún no han tenido la opción de salir de su zona de confort", indica.

Pese a ello, comenta, entre risas, que no se ve repitiendo por tercera vez esa vivencia: "Mi cuerpo ya no me pide volver a hacer algo así. Esos meses de desconexión y descanso ahora son muy importantes para mí y los necesito. Además, ir a un sitio si no vas a poder dar el 100% no tiene sentido".

Finalmente, en referencia a su futuro, todo sigue en el aire: "Ahora mismo me planteo acabar la temporada, jugar la fase de ascenso y hacer bien las cosas con mi equipo. Después me tomaré unas semanas de descanso y luego decidiré según lo que el cuerpo me pida. Tengo 30 años, la vida son etapas y no sé lo que voy a hacer".