o está siendo la temporada soñada para los hermanos Pou, a quienes les está tocando reinventarse ante la imposibilidad de realizar sus habituales escapadas exóticas para escalar la pared de un volcán perdido al otro lado del mundo o perderse entre montañas inexploradas. Sin embargo, ni siquiera una pandemia mundial ha conseguido despegarlos de la roca y han encontrado pequeños microclimas en territorio nacional en los que poder seguir practicando su extrema y exigente pasión.

Con esa idea, Iker Pou viajó a Mallorca para realizar una dificilísima ascensión que nadie había completado antes y que ha bautizado como Guggenhell, en referencia al infierno que ha supuesto para el alavés de 44 años superar los 50 metros de desplome con los que cuenta esta pared en modalidad de escalada deportiva. Se trata de una ascensión para la que se ha propuesto una dificultad de 9a+/b, lo que la convierte en la más difícil de las Islas Baleares junto a Big Men, otra escalada que él mismo inauguró en el año 2015 y que nadie ha repetido desde entonces, de dificultad 9a+.

La vía Guggenhell cuenta con un primer tramo muy exigente, un techo perfecto con movimientos solo al alcance de unos pocos privilegiados y dos agarres de un solo dedo, tarea en la que el pequeño de los Pou es uno de los mejores especialistas del mundo. Tras ello, la pared da una pequeña tregua, con mayor continuidad sobre agarre más grande y algún que otro reposo en el que coger algo de oxígeno y permitir que la sangre vuelva a circular por los brazos y las piernas. La peor parte, sin embargo, espera en el tramo final, en el que, con todo el cansancio acumulado, Iker Pou tuvo que hacer frente a un paso muy largo y aleatorio que lo tiró en varias ocasiones. En cualquier caso, tras un duro esfuerzo físico y mental, el gasteiztarra logró hacerse con la suya, demostrando su excelente momento de forma.

A pesar de los logros conseguidos en territorio nacional, donde Eneko Pou ha realizado recientemente varias escaladas en la modalidad a vista, los hermanos alaveses esperan con ansia la oportunidad para lanzarse a la aventura más allá de las fronteras estatales. Eso sí, para ello las restricciones deberán relajarse. "Es una decisión que sigue sin estar en nuestra mano. Seguiremos intentando escaladas importantes cerca de casa mientras viajar no sea una opción, pero lo cierto es que nos encantaría salir en verano a los Andes o al Himalaya", aseguran. Estén donde estén, lo que es seguro es que no se quedarán quietos.