La Itzulia, que se disputará entre el 5 y el 10 de abril, levantará el telón con una contrarreloj individual en Bilbao, según ha podido saber DEIA. Es la nueva propuesta de la organización de la carrera vasca después de vertebrar un recorrido que difiere del que estaba asignado para la presente edición de la carrera y que situaba la crono en la capital vizcaína como última etapa de la ronda vasca. En principio, la idea de la impulsores de la prueba del WorldTour era repetir el trazado que se presentó para 2020, no cambiar ni una coma, pero varias etapas verán alterada su fisonomía debido a las consecuencias de la pandemia del coronavirus.
Si el covid-19 impidió la celebración de la prueba vasca la campaña pasada, en esta todavía influye en su desarrollo más allá de la burbuja sanitaria que se deberá poner en marcha para blindar la salud de la cita vasca. Ante este escenario, los cambios afectarán no solo al trazado, sino también al orden de las etapas asignadas, por lo que la Itzulia será muy distinta al modo en el que se planteó inicialmente.
Los finales en Ibardin y Errenteria, previstos para la tercera y cuarta etapa, respectivamente, se han caído del cartel por el impacto de la pandemia en la economía local. Las prioridades son otras. A pesar del contratiempo de perder dos metas, la organización ha reaccionado y ha podido encontrar un recambio para ambas jornadas. Sin embargo, esa no ha sido la única alteración del recorrido de la Itzulia. Este periódico ha podido confirmar que la contrarreloj individual que debía cerrar la carrera se trasladará definitivamente al primer día de competición. Además del cambio de fecha, los promotores de la carrera han decidido recortar el kilometraje de la misma al tratarse del comienzo de la carrera.
Por lo tanto, serán menos de los 21,2 kilómetros estipulados en el planteamiento inicial los que definan la jornada inaugural de la Itzulia. El trazado original contemplaba la subida a Santo Domingo, de 2,5 kilómetros al 6,5%, más un repecho de 700 metros al 12,8% en el kilómetro 15 y el final sería cuesta arriba con una rampa con una pendiente máxima del 11%. La contrarreloj que inaugurará la carrera tendrá como punto de partida la Basílica de Begoña, si bien el recorrido exacto se está detallando aún al alterarse la fisonomía de la prueba. Existe la idea de que los ciclistas atraviesen la plaza del gas uno por uno para que suban por el Parque Etxebarria hacia Begoña, pero se desconoce si este planteamiento tan original y que puede resultar muy espectacular será el definitivo o se impondrá el final en el Ayuntamiento, como estaba previsto en el diseño original de 2020 de la contrarreloj.
En cualquier caso, la Itzulia no será la que se había diseñado para la pasada campaña. No habrá fotocopia. Con la alteración del orden de las etapas, la carrera será distinta y plantea un escenario táctico completamente diferente, prácticamente opuesto. La crono de Bilbao, el día inicial de la carrera vasca, establecerá las primeras diferencias y los ciclistas menos diestros en la lucha contra el reloj estarán obligados a limar diferencias en el resto de etapas, donde el final inédito en Santa María del Yermo, en Laudio, y la subida a Arrate asoman como los puntos calientes del trazado si este no sufre más alteraciones.