A Iker Romero le ha llegado definitivamente la hora de volar en solitario. El vitoriano de 40 años, una de las grandes leyendas del balonmano mundial y ayudante desde hace cuatro temporadas de Antonio Carlos Ortega en el Hannover-Burgdorf, conjunto de la Bundesliga alemana donde también dirige a las jóvenes promesas en categoría juvenil, desempeñará por fin el cargo de primer entrenador a partir del próximo ejercicio.

Se trata de un objetivo que venía madurando en los últimos años y para el cual ya se siente preparado habida cuenta de la ingente experiencia que ha adquirido en los últimos tiempos dentro de la competición más glamurosa del mundo. La liga alemana, donde Romero goza de un gran respeto, no tiene ni punto de comparación con la devaluada Asobal y el aprendizaje llega casi por pura inercia.

Romero no se moverá del país teutón, ya que será el SG BBM Bietigheim, perteneciente a la Segunda División, el modesto equipo donde tenga lugar su bautismo como jefe principal de un banquillo. El gasteiztarra se ha convertido en la ambiciosa apuesta de un club que aspira a llegar a la élite en un breve plazo de tiempo. De hecho, se ha comprometido por tres temporadas, en concreto hasta junio de 2024.

"Con mi experiencia en el balonmano como jugador y técnico, me gustaría contribuir con mi parte al éxito del equipo. En las conversaciones con el club, rápidamente sentí el espíritu de equipo y pasión que hay en la entidad. El entorno familiar y al mismo tiempo profesional se adapta muy bien a mi idea y podemos construir algo grande", manifestó Romero hace unos días a la web del Bietigheim.

En cualquier caso, el vitoriano -a quien también se le vinculó con el poderoso Rhein-Neckar Löwen- todavía está plenamente centrado en tratar de firmar un buen final de campaña en el Hannover, algo descolgado de los primeros puestos en este instante.

En una entrevista con este periódico durante el confinamiento en el pasado mes de abril, Romero ya desveló que había recibido "ofertas" para ser primer entrenador, pero entonces precisó que era algo que no le obsesionaba en un momento de su vida donde no quería dar pasos en falso ni precipitarse.

"Estoy bien así y creo que esperaré el momento adecuado. Por ahora estoy muy contento con Carlos Ortega. He aprendido un montón a su lado y no tengo ningún tipo de prisa para coger las riendas de algún equipo", recalcó en aquel instante el vitoriano, que durante su prolífica etapa como jugador conquistó, entre otros éxitos, 3 Ligas Asobal, 2 Ligas de Campeones, el oro en el Campeonato del Mundo de Túnez de 2005 y el bronce en los Juegos Olímpicos de 2008 con España.

En su actual club también han asumido con naturalidad el firme deseo de Romero de tomar un nuevo rumbo en su carrera. "Iker nos manifestó su deseo de no ampliar su contrato para optar por otra oportunidad. No quisimos interponernos en su camino", señaló el director deportivo del Hannover-Burgdorf, Sven-Soren Christophensen.

Tras cuatro años al lado de Antonio Carlos Ortega, Iker ya se siente preparado para ser el jefe de un modesto de la Segunda División teutona

"Nos manifestó su deseo de no ampliar el contrato para optar por otra oportunidad", asegura el Hannover, al que el gasteiztarra llegó en 2017