teveThompson ganó el Mundial de Rugby de 2003, pero no se acuerda. El extalonador fue una de las principales estrellas de Inglaterra. En Australia, el XV de la Rosa deleitó con su juego y Thompson, con su 1,88 metros y sus 118 kilos, sobresalió ante los focos. Fue su mayor éxito deportivo. El momento para el que trabajó desde los 15 años, pero él no consigue recordarlo. Su mente se apaga cuando intenta echar la vista atrás. En su memoria no existe ni el Mundial, ni la final, ni el trofeo. Solo un larguísimo fundido a negro. “Realmente no recuerdo nada de los días del Mundial, no puedo recordar haber estado en Australia. Cuando me pongo los partidos es como si estuviera viendo a la selección de Inglaterra ahora. Sí, yo estoy sobre el césped, veo que estoy sobre el césped; pero no puedo recordar del todo haber estado allí”, explicó el propio Thompson al periódico inglés The Guardian. El exjugador sabe que el rugby le dio los mejores momentos de su vida, sus mayores alegrías; pero también el peor de los legados. Porque Thompson sufre un proceso mental degenerativo que le tortura. Y es que, con apenas 42 años, ya ha sido diagnosticado con demencia precoz. Una enfermedad que le impide hacer vida normal y que achaca a los años en los que jugó a un alto nivel sin apenas controles médicos, con fuertes golpes en la cabeza y de conmociones constantes.

Sin embargo, Thompson considera que el principal problema de, como lo llamaron los médicos, su “encefalopatía traumática crónica” no eran los partidos, sino los duros entrenamientos: “Muchas de esas sesiones eran de contacto utilizando una máquina de melé y yo estaba en el medio recibiendo toda la presión. No era raro que me quedara aturdido, viendo manchas blancas y perdiendo la memoria durante unos segundos. A veces incluso me desmayaba. Se aceptaba como parte del entrenamiento”. Así que el inglés quiere acabar con esa normalidad. Con la naturalidad con la que se viven en el rugby las conmociones. Por ello, el campeón del mundo encabeza una demanda contra la Federación Internacional de Rugby, la Federación Inglesa y la Federación Galesa por su “fracaso en proteger (a los demandantes) de los riesgos provocados por los traumatismos en la cabeza”. Thompson quiere que su caso sirva de ejemplo. Porque el inglés sabe que ha roto todas las barreras de precocidad neurodegenerativa -la mayoría de los informes médicos cifran la edad mínima de estos casos en 45, él tiene 42- y no quiere que le ocurra a nadie más. “El rugby me ha dado muchas oportunidades, muchas cosas buenas; pero sabiendo lo que sé ahora, desearía no haber sido nunca profesional porque a veces no recuerdo ni el nombre de mi mujer”, concluyó el extalonador. Así que el deseo de Thompson, con esta demanda, es concienciar y poner medidas que eviten lo que para él ya es irreversible: “Hay que imponer controles médicos en las competiciones de élite y en todos los torneos posibles. Los jugadores deben pasar revisiones periódicas para poder detectar lesiones de este tipo a tiempo. Y, además, hay que conseguir que los médicos protejan la integridad de la persona por encima del interés del deportista”.

La historia de Thompson ha puesto en el foco mediático la demencia precoz en el rugby, pero el inglés no está solo en esto. De hecho, a su demanda se le unieron las de caras conocidas como la del también exinternacional inglés Michael Lipman y el antiguo jugador de la selección galesa Alix Popham. Los tres encabezan la denuncia, asesorados por la firma de abogados Rylands, desde donde ya avisan que en estos momentos trabajan en una demanda histórica al representar a “más de un centenar de jugadores de entre 20 y 50 años que están empezando a sufrir estos mismos problemas neurológicos”. Asimismo, los tres exprofesionales han creado una lista que han denominado “15 mandamientos” que World Rugby debería aceptar para hacer la práctica del rugby más segura porque, tal y como recuerda Thompson, “ningún jugador debería olvidar el nombre de su mujer”.

Derbi en Urbieta. Superado el parón navideño, el rugby vasco regresa a la competición con un Getxo que intentará escalar posiciones en la clasificación de División de Honor a costa del colista Independiente. Los vizcaínos viajarán el domingo (12.30 horas) hasta Santander para conseguir la que sería su primera victoria de la temporada. En Honor B, Urbieta vivirá mañana el derbi entre el Bizkaia Gernika y el Valtesca Universitario Bilbao (16.00 horas), que llega con los basurdes en plena pelea por el liderato con un Hernani que, por su parte, recibirá a la misma hora al Uribealdea, que pretende dar la sorpresa.

“Desearía no haber sido nunca profesional porque a veces no recuerdo ni el nombre de mi mujer”, explica el extalonador inglés

Thompson lidera una demanda contra la Federación Internacional de Rugby a la que se podrían sumar un centenar de jugadores