- A Mikel Landa le estimulan los retos. No le asustan los desafíos. Contravendría a su personalidad, arrolladora. Valiente y descarado, el alavés entiende el ciclismo al asalto desde aquellas escaladas al Santuario de la Virgen de Oro en su infancia, cuando la bici era un juego. En esas cuestas vecinas buscaba su aventura. Siempre le atrajeron los paisajes escarpados. A Murgia lo abriga Gorbea. Una montaña. Su escaparate. Así se construyó Landa, retándose a sí mismo. Ese manera de entender el ciclismo, situará a Landa frente a 2021, con la idea de continuar el viaje que inició en las postales de la infancia. Cuarto en la pasada edición del Tour de Francia, Landa buscará en el próximo curso un calendario con dos grandes. Una cordillera. La participación en la Grande Boucle, donde tratará de alcanzar el podio después de sendos cuartos puestos en 2017 y 2020, es innegociable. La carrera francesa será la clave de bóveda de la campaña de Landa. “El Tour es el gran objetivo del año. Eso está claro. Pero sí es verdad que Mikel quiere correr otra grande. Este año no encajaba, pero si se vuelve a un calendario normal, quiere hacer dos grandes, si bien no se sabe si será el Giro o la Vuelta la que se sume al Tour”, establecen desde el entorno del corredor.

La repetición de esfuerzos no es un problema para el alavés, cuyo organismo es permeable a dos grandes carreras y es capaz de mostrar un gran rendimiento a pesar del tremendo esfuerzo que requiere competir mirando a la tabla de tiempos de la general. Siendo aún una promesa, en 2014 fue el primer año en el que Landa, por entonces en el Astana, completó el Giro y la Vuelta. Fue en 2015, el curso de su descorche cuando subió al podio de la carrera italiana. Esa misma campaña disputó la Vuelta. En 2016, enrolado en el Sky, enlazó el Giro, si bien tuvo que retirarse, con su debut en el Tour de Francia. Al año siguiente repitió en ambos escenarios. El murgiarra corrió en Italia y en un fantástico Tour se quedó a un segundo del podio de los Campos Elíseos de París. En 2018, enfundado en el maillot del Movistar, Landa logró la séptima plaza en el Tour, pero una durísima caída en la Donostia Klasikoa le seccionó en buena medida el resto de curso. Completamente restablecido, Landa soldó el Giro y el Tour la pasada campaña. En ambas carreras rindió a gran nivel. El de Murgia fue cuarto en la Corsa rosa y sexto en el Tour.

El líder del Bahrain deberá decidir si en 2021 se alista en el Giro o si elige la Vuelta. La elección la realizará Landa después de estudiar el recorrido de ambas carreras al detalle. Eso marcará su decisión. La cita que mejor se adapte a sus características será la elegida. “Lo más normal es que vaya a la carrera en la que el recorrido sea más propicio para él, pero sí tiene la idea de disputar dos grandes. Es algo que le gusta y su cuerpo se recupera bien entre dos esfuerzos así”, resaltan desde su entorno. A Landa, que completó un estupendo Tour, le asaltó la añoranza de no disputar otra grande. “Se quedó con las ganas”. En un curso apelmazado en el calendario, absolutamente frenético, apergaminado en apenas cuatro meses de competición, el de Murgia apostó decididamente por el Tour.

Colgarse del cartel de la Vuelta le hubiera traspapelado la pretemporada y tal vez condicionado la siguiente. “Físicamente el año le gastó muy poco, pero síquicamente se nota más. En ese aspecto ha sido un año duro para todos”, agregan desde el entorno del ciclista. Una vez finalizada la campaña, Landa descansó en las fechas que tenía previstas, entre el 15 de octubre y el 15 de noviembre. Después comenzó el entrenamiento de cara a la temporada que viene”. La preparación del alavés, que tiene la intención de partir hacia Canarias el 10 de diciembre para continuar con su puesta a punto, “está siendo muy buena”, apuntan desde el entorno del ciclista que repetirá la aproximación a la gran cita del año, el Tour.

Si nada se enmaraña, Landa debutará en la Vuelta a Andalucía e irá afilando su forma para alcanzar con gen competitivo la Itzulia, que se desarrollará entre el 5 y el 10 de abril. “Es uno de los objetivos de Mikel. Saldrá con la idea de disputar la victoria. Como siempre, quiere estar bien en la carrera de casa”, apuntan desde su entorno. Después de la cita vasca, Landa enlazaría con el tríptico de las Ardenas. Anclado el Tour en su cuaderno de viaje y en virtud del trazado que den a conocer el Giro y la Vuelta, el de Murgia resolverá el dilema sobre qué otra grande hará pareja con la carrera francesa. Sea una o la otra, Landa piensa en grandes. En plural.