- Joan Mir ya dejó claro que le gustan las cosas difíciles hace dos años, cuando escogió a Suzuki a pesar de que la todopoderosa Honda también le tiraba los trastos. Sin embargo, lo que el piloto mallorquín aspira a hacer esta tarde (14.00 horas/Dazn) en el Gran Premio de Valencia es algo más que complicado. Es algo que roza el milagro. Porque en el circuito de Cheste, Mir puede lograr su primer título de Moto GP, pero para ello debe de subirse al podio y tendrá que hacerlo desde la duodécima posición de la parrilla. Una cuarta línea a la que cayó por un asfalto humedecido por un cargante sirimiri que invitaba a no correr riesgos. Con todo, el mallorquín ya sabe lo que es acabar en el podio tras una mala calificación -en Alcañiz terminó tercero tras salir 12º y en Misano, segundo tras comenzar el 11º-; aunque esta tarde está obligado a remontar puestos en un circuito en el que no resulta demasiado fácil adelantar.

A su favor juega que sus rivales más directos en la lucha por el Mundial tampoco lo hicieron mejor. De hecho, Fabio Quartararo, segundo en esa pugna, no pudo lograr más que un undécimo puesto; mientras que Alex Rins cayó hasta la 14º. Y es que ayer el brillo de los focos se posó sobre el italiano Franco Morbidelli, que devolvió a Yamaha al primer plano al conseguir el mejor tiempo y la pole del Gran Premio de Valencia por delante del australiano Jack Miller y del japonés Takaaki Nakagami.