- La Vuelta, mutilada por la incidencia de la pandemia del coronavirus en sus tres primeras etapas en los Países Bajos, se encierra en una habitación de menos de un minuto con vistas a La Covatilla, el puerto que decidirá el vencedor de una carrera disputada en silencio, de puertas adentro. En ese ecosistema, Primoz Roglic defenderá su estatus ante Richard Carapaz y Hugh Carthy, todos ellos enmadejados en 53 segundos. La carrera, al rojo vivo. El esloveno se enfrenta al reto de concretar el dominio de la Vuelta. Vencedor en cuatro etapas, Roglic, que cuenta con el equipo más fuerte de la prueba es consciente que todo lo anterior deja de tener validez con los rivales tan próximos a él. “Todavía queda un gran día”, vaticinó el esloveno, que sabe que el Ineos de Carapaz y el Education First tratarán moverle la silla para propiciar el asalto al trono de su propiedad . “Tenemos que seguir concentrados, hacerlo lo mejor posible y veremos qué significa eso”, expuso el esloveno, que tratará de dar continuidad al título conquistado el pasado curso en la Vuelta.
En Ciudad Rodrigo, el líder aumentó su renta y dispone de algo más de oxígeno en el claustrofóbico final de la carrera, donde aguarda el orgullo guerrero de Carapaz, a 45 segundos de Roglic, y la insolencia de Carthy, a 53 segundos. Los tres se jugarán la Vuelta en La Covatilla, donde en 2011 venció Dan Martin, que es cuarto en la general a 1:48 del esloveno. Enric Mas es quinto, a 3:29. El mallorquín buscará el podio. “Es el último día, una jornada muy dura. Ojalá el tiempo nos respete, a disfrutar y, ojalá, a dejar huella. Hacer quinto, sexto o décimo no va a cambiar nada, pero si avanzamos posiciones, sí será una diferencia. Es cierto que no hay muchísimo terreno para hacer daño, pero si se dan las circunstancias, podemos hacer daño a los rivales”, analizó Mas.
La Covatilla, donde el viento apolilla las piernas, aguarda tras cinco ascensiones. Un Primera, tres terceras y un Segunda, el Alto de la Garganta antes de conectar con los 11,4 kilómetros al 7,1 % de desnivel y 3 kilómetros intermedios al 10% con rampas con picos del 12%. Ese será el último escollo para Roglic. “Siempre quiero ser el corredor más completo. Dije desde la salida de La Vuelta que iba a intentar dar lo mejor cada día”, argumentó el esloveno, un competidor excelente. Esa es su manera de entender el ciclismo. Por eso esprintó ayer. “Al final, pensé porque no voy a esprintar si no están muchos de los corredores rápidos. Como un corredor que tiene el jersey verde, puedo esprintar. Es más sencillo ganar los 6 segundos de hoy (por ayer) que en Angliru”. Quién sabe si en La Covatilla los necesite.