- Julian Alaphilippe estrenó con éxito el maillot arcoíris de campeón mundial con una victoria en la 60ª edición de la Flecha Brabanzona, disputada entre Lovaina y Overijse, con un recorrido de 197 kilómetros. Fue un triunfo con angustia y casi con sorpresa, ya que Alaphilippe, en un esprint muy apretado con su compatriota Benoit Cosnefroy (Ag2r), ganó por centímetros, levantando los brazos con antelación, como hizo en Lieja. Esta vez sí, el ciclista de Saint-Amand-Montrond, de 28 años, celebró el triunfo con todo merecimiento, con el mismo tiempo que su compatriota y del holandés Matthieu Van der Poel (Alpecin Fenix), quien ocupó la tercera plaza. Fueron los más fuertes en la escapada definitiva que se fraguó a 11 kilómetros de meta a iniciativa del propio Alaphilippe. Los perseguidores, con el italiano Sonny Colbrelli al frente, entraron a 14 segundos.

La prueba de las 24 cotas fue un combate desde el principio, como suele ser habitual en la carrera del Brabante. Enseguida se formó una escapada con seis hombres que animaron la jornada: Chevrier, Juraj Sagan, Storer, Sprengers, Peron y Skjelmose. La aventura estuvo controlada en todo momento por el pelotón, especialmente por los hombres del Deceuninck de Alaphilippe, quien tenía entre ceja y ceja la victoria después del gran fiasco del pasado domingo en Lieja.

A 60 kilómetros de meta se echó abajo la fuga y entraron en juego los grandes nombres de la carrera. Alaphilippe, siempre combativo, junto a Kwiatowski y Luka Rowe, inició los primeros movimientos. Ya iba a ser una batalla sin cuartel hasta Overijse, con unas cuantas cotas aún por delante. Un proceso de desgaste que dejó al frente a 25 kilómetros de meta a un grupo compuesto por el campeón mundial, Van der Poel, Óscar Fraile, Cosnefroy y Colbrelli.

Por detrás se sucedieron ataques que evitaron la fuga, pero de nuevo Alaphilippe lo intentó a 15 kilómetros de la llegada, desgastando las fuerzas de algunos rivales, que pasaban apuros para seguir la rueda del jefe de filas del Deceuninck.

El momento clave llegó en la subida a la Cota de Moskestraat. Allí, a 11 kilómetros de meta, fue donde se formó el trío que se iba a jugar la victoria. Van der Poel, triple campeón del mundo de ciclocrós y defensor del título de la Flecha Brabanzona, se pegó a Alaphilippe en plena subida, y a ellos se unió Cosnefroy.

Subiendo Holstheide el trío de cabeza llevaba un puñado de segundos que iban a saber rentabilizar. Hubo entendimiento en punta para evitar que se aproximara el grupo de Colbrelli, un esprinter incómodo para la recta final. En el juego táctico definitivo fue Van der Poel quien asumió la responsabilidad marcando el ritmo, esfuerzo que pagó a la hora de la verdad, pues Cosnefroy atacó a 200 metros de meta y adelantó fácil al holandés. Cosnefroy lo tenía al alcance de la mano, pero Alaphilippe, en el arreón final, y por escasos centímetros, metió la rueda como ganador. Alzó los brazos el campeón mundial. Esta vez con razón.