- De la posible casualidad hemos pasado ya a tendencia clara. Cuando Egan Bernal se impuso en el Tour de Francia 2019 con solo 22 años, combinando en los Campos Elíseos maillot amarillo y maillot blanco, la pregunta residía en si un fenómeno tan precoz gozaría de continuidad. Y vaya si la ha tenido... A aquel éxito del colombiano le han tomado el relevo, durante estos últimos catorce meses, las exhibiciones de Remco Evenepoel, las victorias de Tadej Pogacar y la pujanza global, cada vez mayor, de los numerosos ciclistas que se saltan el campo sub’23. Si recién salidos de la categoría junior rinden ya como profesionales, ¿para qué perder el tiempo? DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA ha pulsado la opinión al respecto de tres agentes más que autorizados.
Markel Irizar
“Son auténticos atletas”
Nadie mejor que el exiciclista oñatiarra para analizar lo que está sucediendo. Trabaja para el Trek Segafredo, como director deportivo y también como ojeador en categorías inferiores. “Este fin de semana he tanteado a tres ciclistas juniors. Y dos de ellos ya estaban atados por otros equipos. Es normal y entendible. Bernal, en su segundo año, le salvó los muebles al Ineos en 2019. Pogacar, recién pasado a profesionales, ya le sacó las castañas del fuego al UAE. Y ahora, este también en su segundo año, Marc Hirschi le ha hecho medio Tour al Sunweb. Está claro que los jóvenes se están adaptando muy bien a lo que exige la élite. Cada vez mejor”.
Markel sostiene que estamos ante un fenómeno generacional, no circunstancial. “La gente dice estos días: Qué bueno es Pogacar. Ya. ¿Y Bernal? ¿Y Evenepoel? ¿Y Van der Poel? ¿Y Van Aert?”. Markel analiza a los ciclistas enumerados y saca sus conclusiones. “Vienen todos multidisciplinados. Que si ciclocross, que si bicicleta de montaña... El otro día, estudiando la trayectoria de un chaval que nos interesa incorporar, me di cuenta de que es campeón de su país en esquí cross-country. Lo vi y dije: ¡Hostia puta! Pienso que todo esto es muy importante, clave diría yo. Hasta hace poco tiempo, los ciclistas nos juntábamos con la grupeta y preguntábamos: ¿Qué entrenamiento toca hoy? ¿Cuatro horas? ¡Pues cuatro horas! Ahora, en cambio, está todo mucho más cuidado. Los jóvenes vienen como auténticos atletas, muy preparados”.
¿Y en qué consiste esa mejor preparación? Según Irizar, en una meticulosa planificación del entrenamiento y de todas las circunstancias que lo rodean. “Para contratar a un junior bueno, tienes que darle de todo. Ocurre ya como en el fútbol. ¡Quieren el pack completo! Les puedes ofrecer un año o dos tranquilos, formándose en un equipo Continental. Pero te van a exigir que, durante ese período, les pongas preparador y nutricionista, y que les facilites, por ejemplo, concentraciones en altitud. ¿Resulta positivo todo esto? No lo sé. Yo siempre seré partidario de la calma y de ir quemando etapas poco a poco. No sé si el fenómeno Evenepoel nos está haciendo un poquito de daño...”.
Markel no discute que el rendimiento de esta nueva generación de corredores resulta espectacular. “Los tiempos están ahí. Se están batiendo récords correspondientes a la etapa más negra del ciclismo. Y ojo, que yo estoy convencido de que todos estos chavales van limpios, ¿eh? Pero también parece claro que la trayectoria estándar del ciclista va a cambiar. Mira a Sagan. Despuntó desde muy temprano y ahora, con solo 30 años, parece que ya no es el mismo. Pienso que los corredores de las hornadas actuales se retirarán antes. No les veo aguantando hasta los 36 o 37. Al fin y al cabo, esto es comparable a la vida útil de un coche, que da para los kilómetros que da”.
Mikel Gaztañaga
“Más kilómetros”
Mikel Gaztañaga, exciclista profesional, tiene 40 años, es de Itsasondo y ejerce como director deportivo adjunto en el Euskaltel-Euskadi. También atesora una larga experiencia al mando del Goierriko, actual Laboral Kutxa, filial de la escuadra naranja con el que sigue colaborando. Se trata de un currículum que le convierte en referencia para analizar la precocidad de los mejores corredores del mundo, en comparación con el panorama local. “Sí. Es cierto que estas nuevas generaciones vienen pisando muy fuerte y que aquí nos podemos estar quedando un poco anticuados”, asegura. ¿A qué se refiere Gaztañaga con esta última reflexión? El circuito aficionado vasco, de calendario muy extenso, otorga a los amateurs de la zona numerosas oportunidades y tiempo de sobra para foguearse. Pero esto también mantiene en categoría sub’23 a ciclistas en edades muy similares a las de aquellos que luchan ya por todo un Tour de Francia. “Ahora se tiende, en líneas generales, a pasar directamente a profesionales a los juniors buenos. Y aquí, mientras, avanzamos más lentamente. Los chavales van cuajando hasta que, en su tercera y cuarta temporada amateur, con 21 o 22 años, adquieren ya un buen nivel”.
Euskal Herria tiene equipos en aficionados. Tiene ciclistas que optan a dar el salto. Tiene carreras para que compitan. Y tiene también estructuras profesionales con capacidad para promocionar a aquellos que despunten. Sin embargo, en Bélgica, Colombia o Eslovenia surgen talentos de primer nivel igual o más jóvenes que aquellos corredores locales que competirán, por ejemplo, este fin de semana en la Lazkaoko Proba del Torneo Euskaldun. “Es difícil cambiar esto, porque las carreras del Lehendakari y del Euskaldun nos vienen muy bien. Dan a los equipos muchas posibilidades para correr, que es lo que se necesita. Aunque yo sí que entiendo que debemos caminar aquí hacia un nuevo modelo. Tenemos la geografía que tenemos, pero todas estas pruebas resultan demasiado similares, con puertos cortos y esprints reducidos”, asevera Gaztañaga.
Además de por una mayor variedad, aboga por distancias superiores: “En otros países, desde juniors ya están disputando carreras de kilometrajes largos”, explica, citando un posible motivo para la temprana explosión de las nuevas hornadas. “Y yo pienso que aquí deberíamos hacer algo parecido, también en categoría amateur. Aumentaría el kilometraje de las carreras para que los ciclistas vayan haciéndose un poco antes. Con las diferencias que existen, es cierto que así correríamos el riesgo de que solo veinte chavales terminaran las pruebas. Pero lo que se ve en otros sitios ahí queda: los ciclistas pasan a profesionales más adaptados que los nuestros”, zanja Gaztañaga.
Mikel Mujika
“Con 20 pareces viejo”
Legazpiarra. Nacido en agosto de 1998, solo un mes antes que Tadej Pogacar. Mientras el esloveno ponía el Tour patas arriba el sábado por la tarde, Mikel Mujika, de la plantilla amateur del Caja Rural, velaba armas ante el televisor para disputar el domingo el Campeonato de Gipuzkoa contrarreloj. Terminó segundo tras Xabier Mikel Azparren, impresionado aún con la exhibición de la víspera. “La crono del Tour fue increíble. ¿Mi carrera? Me amoldo bien a la disciplina”. Pero nada comparable a lo de la Planche des Belles Filles. “Es que, al final, parece ahora que, si tienes 20 años y no has pasado a profesionales, te estás haciendo viejo, cuando, en líneas generales, aquí manejamos otros tiempos. Yo, hasta los 19, competía porque me gustaba la bicicleta y disfrutaba entrenando. Hacía más o menos lo que me daba la gana, y luego iba a las carreras. Por lo que dicen, Pogacar lleva ya muchas temporadas preparándose a tope. En mi caso, en cambio, esta es solo la tercera en la que me cuido de veras”.
El esloveno mira al futuro con un Mundial en el horizonte y rumores de mercado acerca de cómo se reforzará el UAE de cara a 2021. Mujika, por su parte, trabaja decidido a seguir un año más como amateur, ya en categoría Élite, superada la etapa sub’23: “Pasar a profesionales está muy difícil. Y dejarlo ahora así, después de un año tan raro, sería una pena. El asunto del coronavirus nos ha condicionado mucho. Siento que no he podido lucirme ni dar mi 100%. Y percibo también que tengo capacidades para poder subir un día”.
Todavía no ha hablado con el equipo respecto a su continuidad. Pero Mikel ve con buenos ojos seguir en el filial de Caja Rural: “Nos arropan bien. Están acostumbrados a correr con Élites. Y la presencia ahí arriba del equipo profesional, con su filosofía de promoción, siempre supone un aliciente”.