- Estrella Cabeza e Iñigo Santos se proclamaron campeones del Torneo José María Ortega Pochín, una 49ª edición del evento que dejó un excelente sabor de boca y que realza la decisión de su organizador, la Peña Vitoriana Tenis Club, de apostar por su celebración a pesar de las circunstancias excepcionales marcadas por la pandemia. Los cincuenta participantes se encontraron con todas las facilidades y las medidas de seguridad necesarias para competir y dar su máximo nivel sin mayores preocupaciones, con todas las garantías para su salud. En este aspecto, el protocolo para la prevención de contagios funcionó a la perfección, gracias a la indispensable ayuda de todos los voluntarios que ayudaron a mantener el orden y las distancias de seguridad en las instalaciones de la Peña Vitoriana Tenis Club.
En lo deportivo, los grandes protagonistas fueron Estrella Cabeza e Iñigo Santos, los campeones en este 2020. En categoría femenina, Estrella Cabeza, que llegó a ser la número 95 del mundo y era la segunda cabeza de serie en el torneo vitoriano, tuvo que sudar para vencer en la final a la valenciana Ángela Fita, que partía con la vitola de gran favorita, en tres sets (1-6, 6-1 y 6-1). Fita que comenzó arrollando y poniéndose por delante, empezó a sentir molestias en el tobillo que le acompañaron y lastraron durante el resto de la final. El partido cambió de dueña y Estrella Cabeza pudo decantar la balanza de su lado, tras subir el ritmo del partido. Ambas jugadoras completaron un gran torneo y cumplieron con los pronósticos que las señalaban como las grandes favoritas para llegar a la final.
Iñigo Santos fue la gran sorpresa del torneo en categoría masculina ya que el jugador venía de disputar la fase previa, enfrentándose a los jugadores más fuertes de esta edición, como Luis Diego Chávez número 113 de España; Alexis Araya, varias veces vencedor de este torneo; y en la final a Sergio Redondo, en el puesto 78 del ranking nacional, por 6-1 y 6-4 en un duelo que se decantó pronto para sus intereses, con un partido cómodo para Santos. Desde el primer momento marcó su ritmo con un saque muy potente. Su altura, cercano a los dos metros, le otorga un físico privilegiado para golpear con fuerza y velocidad a la pelota. Un justo vencedor completando un torneo sobresaliente.