l Bora ha salido empeñado en hacer dura la carrera y dejar así a los velocistas más pesados para que Sagan pudiera seguir sumando puntos de cara a la clasificación por puntos. La fuga, con Erviti o Luisle, estaba atada en corto por el Bora. En ese aspecto, la primera parte de su plan les ha salido bien, al dejar atrás a los rivales de Sagan para un esprint, pero la segunda no la han podido llevar a cabo porque no han podido controlar el final de etapa. Además, se veía como Sagan sufría a cola de pelotón. Han comenzado los ataques y Hirschi se ha escapado con dos compañeros de equipo. Por detrás, junto a otros, he saltado. Tenía piernas y quería ir por delante por lo que podría pasar, por si en un momento dado había batalla entre los líderes y podía ayudar a Mikel. Sin quererlo me he metido en el grupo que perseguía a Hirschi. Aunque a decir verdad, el grupo, con demasiados intereses, tenía pocas posibilidades ante Hirschi. El suizo ha demostrado su poderío. Merecía la victoria. Ha hecho una carrera perfecta. A falta de 10 kilómetros, el equipo me ha comunicado que a Mikel le estaba fallando el cambio y me ha tocado esperar e ir con él hasta meta por si había que cambiar la bici. Soy yo el que tiene que estar con Mikel. Somos de una talla parecida y mi bici es de las pocas que le sirven. Por suerte, al final no ha habido ningún problema y hemos entrado en meta con todos los favoritos.
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