La Rochelle (Francia) - Mikel Landa (Bahrain) aprovechó el primer día de descanso del Tour de Francia para hacer balance. Para repasar nueve etapas en las que le ocurrió de todo: desde un batacazo en la jornada inaugural, hasta una remontada de puro orgullo en los Pirineos después de perder más de minuto y medio entre abanicos.
En esta primera semana, el corredor vasco sufrió la pérdida de su compañero Rafa Valls, que tuvo que abandonar por una caída, y tampoco contó con el apoyo de Wout Poels, que arrastra unos serios problemas físicos. Así que afrontó la batalla contra el viento solo. Y la perdió. Pero a pesar de ello, el de Murgia supo lamerse las heridas para volver con los mejores. Los puertos encadenados por los que el pelotón discurrió el pasado fin de semana le resucitaron de entre sus cenizas.
Por eso, con un Tour más abierto que nunca, con los siete primeros clasificados concentrados en menos de un minuto, Landa dijo ir a por todas: "El objetivo del podio sigue siendo posible. ¿Por qué no agarrarnos a eso y luchar hasta el final? No veo inalcanzable luchar por el maillot amarillo, queda mucha carrera aún".
Y es que Marie Blanque y su ascenso de primera señaló a los favoritos. En los Pirineos, el Tour hizo su elección y el dorsal de Landa rodó hacia arriba junto al de Tadej Pogacar (UAE), Egan Bernal (Ineos) y Primoz Roglic (Jumbo). El alavés supo que todavía está un escalón por debajo de sus rivales, que de este último, actual portador del amarillo, le separan 1 minuto y 42 segundos difíciles de acortar. Pero su progreso en la primera semana de la Grande Boucle provocó que "las sensaciones sean buenas y con el paso de los días se irán confirmando e iré a más. Soy optimista".
De hecho, Landa fue consciente de que está edición del Tour está siendo muy prensada y que son muchos los pretendientes que pueden batallar por el cajón de París; pero es precisamente esa igualdad la que le hizo mirar alto: "Hay muchos rivales y les veo bien, muy en forma. Todavía no ha habido grandes diferencias a pesar de que Roglic y Pogacar se hayan mostrado más fuertes, los demás siguen estando ahí y no han mostrado signos de debilidad. Bardet ya sabe lo que es estar en el Tour. Martin es el que está sorprendiendo a todos. Así que sé que es difícil, pero inalcanzable no. Queda mucha montaña todavía y ahí cada día puede haber una sorpresa", manifestó.
Visto el panorama, a pesar de sus buenas impresiones, Landa reconoció que el amarillo se le complicó en la séptima etapa, cuando los abanicos le hicieron perder un preciado tiempo. El reloj se le paró mucho más tarde que el crono de los favoritos y, de no ser por ello, su décima posición en la general bien podría ser ahora la tercera. Y él mismo lo admitió: "Ese fue un día complicado, pasamos mala noche y todo estábamos preocupados. Pero hay que mirar para delante y las sensaciones de este fin de semana nos han animado más, estamos optimistas. Lo ideal sería no haber perdido ese minuto y pico que perdí en el abanico, sin eso el resto lo considero perfecto, pero el podio sigue siendo posible", concluyó el de Murgia.Muchas incógnitas
Muchas incógnitas La segunda semana del Tour comienza con muchas incógnitas y tan solo una certeza: que Primoz Roglic, vestido de amarillo, capitanea de momento una general muy apretada. En la que casi no se puede respirar. El líder del Jumbo aprovechó el férreo control que realizó su equipo en las primeras nueve etapas para ponerse al frente de la clasificación: "Estoy muy feliz y orgulloso de poder vestir el amarillo, aunque no tenemos mucho tiempo para disfrutarlo. Acabamos de comenzar en el Tour, solo en la tercera semana las proporciones serán realmente claras, pero vamos a hacer todo lo posible para defender el amarillo".
Y es que Roglic sabe que la competencia será dura y que, precisamente su mayor rival, también viene de Eslovenia: "Pogacar es uno de los corredores más fuertes. Cuando atacó el sábado, nadie pudo ir con él y al día siguiente volvió a estar muy bien, así que le respeto mucho". Con todo, a pesar de que fue Pogacar quien le dio vida al Tour hasta ahora, el portador del amarillo también tendrá que estar pendiente de Bernal y un Ineos que ha estado en las sombras, pero que en Pirineos ya dio sus primeras muestras de despertar. Así que Los Alpes prometen batalla.