- Kutxabank Araski promete dar grandes alegrías a su afición esta temporada. El conjunto gasteiztarra ha querido dar continuidad a su proyecto del curso anterior, en el que iban en quinta posición cuando se dio por terminada la Liga Femenina Endesa por la pandemia. Ademas, ha querido impulsar aún más el bloque con tres fichajes de mucho prestigio: Tamara Abalde, Joy Adams y, sobre todo, Anna Cruz, el bombazo del verano. La escolta catalana cuenta con un interminable palmarés: Tres veces campeona de Europa, plata en los Juegos Olímpicos de Río 2016, plata en el Mundial de Turquía 2014 y, por si fuera poco, un anillo de la WNBA con Minnesota Lynx, la segunda jugadora española en la historia en conseguirlo, detrás de Amaya Valdemoro. Tras siete temporadas jugando en el extranjero, Anna Cruz regresa a la liga española de la mano de Kutxabank Araski, un fichaje que habría resultado imposible de no ser por una lesión del menisco de la rodilla derecha, de la que se operó el pasado enero, y su firme deseo de fichar por el club gasteiztarra.

¿Qué tal sus primeros días en Vitoria-Gasteiz?

-Muy bien, la verdad. Llevo aquí una semana y ha sido todo muy fácil. Ahora toca adaptarse al baloncesto en tiempos de coronavirus. Está siendo un poco extraño al principio pero poco a poco vamos asimilando las medidas sanitarias.

¿Había entrenado algún día después del confinamiento?

-No. De hecho, llevo sin entrenar ocho meses, desde que dejé el Fenerbahce. En enero me operé del menisco y cuando empezó el confinamiento ya llevaba dos meses parada. Por un lado, me ha venido bien para tener más tiempo para recuperarme, pero, por otro lado, no he podido poner la rodilla a tono con todos los ejercicios de rehabilitación. Ahora el objetivo es recuperar progresivamente la fuerza y elasticidad que tenía antes de la operación.

¿Conocía ya la ciudad anteriormente?

-No había estado nunca en Vitoria y tampoco había jugado antes en Mendizorroza contra el Araski, hace siete años todavía no estaban en la máxima categoría. He tenido la oportunidad de moverme por la ciudad y los alrededores con la bicicleta estos días y la verdad es que me está encantando. Mucho verde, muchos parques... Con las dobles sesiones de entrenamiento tampoco he tenido mucho tiempo de visitarla, pero ya la iré conociendo.

Aproveche ahora, que aquí a partir de octubre...

-Sí, ya me han comentado las compañeras que cuando llegue el frío me olvide de la bici (ríe). De todas formas, he estado viviendo en Rusia, así que ya estoy curada de espanto. Eso sí, sigo siendo bastante friolera.

¿Qué impresión le ha causado Kutxabank Araski en el arranque de la pretemporada?

-Es un club muy acogedor y familiar. Me han puesto las cosas muy fáciles desde que he llegado, siempre están dispuestos a echar una mano. No me ha sorprendido porque conocía a Madelén Urieta de la selección española y por su forma de ser entendía que el carácter de la gente del club iba a ser parecido.

¿Por qué ha tomado la decisión de fichar por Kutxabank Araski? Con su caché seguro que tenía muchas ofertas.

-Sí, tenía otras alternativas pero al final esta era la que más ilusión me hacía, también por el equipo, ya conocía a la entrenadora y a alguna de las compañeras. Digamos que he decidido darle un giro de 180 grados a mi vida y priorizar otras cosas antes que meramente lo deportivo o la posibilidad de jugar Euroliga. Simplemente tengo ganas de disfrutar del baloncesto otra vez, de pasarlo bien, y por eso creo que Kutxabank Araski es el club idóneo para mí.

¿Qué papel ha tenido Madelén Urieta en la decisión?

-Es verdad que le ha hecho ilusión y se ha mostrado interesada desde el primer momento, pero ha sido una elección personal. Tenía un buen presentimiento con el equipo y la forma de hacer las cosas en el club y me he dejado llevar por ello.

Usted ha jugado en dos ligas exóticas como la rusa y la turca, donde hay mucha afición al baloncesto. ¿Qué me puede contar de esa aventura?

-En Rusia estuve seis años y no me arrepiento. Ha sido una experiencia enriquecedora tanto deportivamente como personalmente. Al final me ha hecho salir de mi zona de confort y buscar nuevos retos. Al principio la intención era pasar allí una temporada y me quedé seis. De mi experiencia en Turquía no le puedo hablar tanto, solo estuve allí unos meses y me volví en Navidad por la lesión de rodilla. No tuve tiempo de aclimatarme. En Rusia sí, sé leer en ruso. No sé lo que digo, pero sé leer (risas).

¿Hay mucha diferencia de nivel respecto a la liga española?

-Se lo diré a final de la temporada, llevo mucho sin jugar aquí. Eso sí, prestando atención a los fichajes que están realizando los equipos, con jugadoras que se están animando a volver y extranjeras de calidad, parece que vamos a tener una liga muy competitiva y divertida este año.

El salto es mayor con Estados Unidos, ¿no?

-Sí, la verdad es que nunca imaginé que llegaría a jugar en la WNBA contra las mejores jugadoras del planeta. Es otro mundo, cambia mucho la forma de entrenar, cómo planifican todo... Viven por y para el baloncesto, no sé expresarlo con palabras. La primera vez que llegué a Nueva York para jugar con las New York Liberty me pasé el primer mes con la boca abierta. Yo venía de jugar en el Oremburgo, en Rusia, que sí, es un equipo fuerte, pero en Nueva York ya te tratan de otra manera, los viajes son totalmente diferentes... Al ser parte de la franquicia de los Brooklyn Nets teníamos las mismas condiciones que el equipo masculino. Fue como pasar de la noche al día en un mismo año, allí se toman el deporte de otra manera.

Alguien con su palmarés en el baloncesto masculino tendría la vida solucionada. ¿Cuál es la situación ahora mismo en el femenino? ¿Hace falta irse hasta EEUU para ganarse el pan?

-Precisamente en Estados Unidos es muy difícil vivir del baloncesto. Muchas jugadoras americanas vienen a Europa para poder ganar más dinero. Ahora la situación ha mejorado algo con el nuevo convenio, pero hasta hace poco los salarios estaban limitados según los años que llevase la jugadora en la WNBA. En Europa ya cada caso es muy diferente. De cualquier manera, las diferencias con el masculino siguen siendo enormes y las deportistas tenemos que tener un plan B para poder trabajar una vez terminemos la carrera deportiva.

Usted que lleva muchos años compitiendo, ¿ha notado evolución en ese aspecto?

-Creo que sí que hemos ido avanzando. Mediáticamente parece que se nos hace un poco más de caso. También le digo que nos lo hemos trabajado. La selección lleva muchos años logrando medallas. Lo mismo que hacíamos antes, que era ganar, ahora tiene mucha más repercusión en los medios.

Si solo pudiera quedarse con uno de los premios que ha conseguido a lo largo de su carrera, ¿cuál sería?

-Me quedaría con el anillo de la WNBA. Es algo muy difícil de conseguir y fue la recompensa a tres años sin descanso entre competiciones. Me llevó mucho trabajo conseguirlo, por eso sabe muchísimo mejor.

¿Ha sido un palo que al final Kutxabank Araski haya decidido no inscribirse en competición europea?

-Creo que el club ha tomado la decisión más conveniente. Quizás lo mejor sea ser realista e ir a lo seguro que meterse en dos competiciones para luego no poder dar la talla en ninguna de las dos. Yo hubiera venido a Araski de cualquier manera, jugando en Europa o no.

¿Por qué posiciones cree que peleará el Araski este año?

-Todavía es pronto para saberlo. Competir vamos a competir contra todos, ese es nuestro objetivo. Luego ya el tiempo nos pondrá en nuestro lugar. A priori hay equipos con mayor presupuesto y mejor plantilla, pero nosotras vamos a dar guerra, eso seguro.

La campaña de abonados de este año va a ser difícil dada la emergencia sanitaria. ¿Qué mensaje le mandaría a esos araskizales indecisos?

-Este equipo se caracteriza por darlo todo en la pista y eso va a estar asegurado. También creo que vamos a ofrecer un buen baloncesto, les animo a que lo vivan con nosotras en la medida de lo posible. Los vamos a necesitar para ser fuertes en casa. Antes de fichar ya me hablaron muy bien de la afición de Araski, tengo muchas ganas de conocerla, esperemos que lo antes posible.

Nacimiento. Barcelona, 27 de octubre de 1986.

Posición. Escolta.

Altura. 1,74 metros.

Palmarés.

-Bronce en el Europeo 2009.

-Bronce en el Mundial 2010.

-Oro en el Europeo 2013.

-Plata en el Mundial 2014.

-Bronce en el Europeo 2015.

-Campeona de la WNBA en 2015.

-Plata en los Juegos Olímpicos de Río en 2016.

-Oro en el Europeo 2017.

-Campeona de la Euroliga 2017 con el Dynamo Kursk ruso.

-Bronce en el Mundial 2018.

-Oro en el Europeo 2019.

"Si tuviera que elegir un título sería el anillo de la WNBA, estuve tres años sin parar para lograrlo"

"Quiero volver

a disfrutar del baloncesto y creo que el Araski es el mejor lugar para ello"

"Las chicas seguimos ganando lo mismo que antes, pero ahora se le da más repercusión"

Jugadora de Kutxabank Araski