- El 23 de julio de 1995, Miguel Induráin inscribió su nombre junto a los más grandes ciclistas de la historia al lograr su quinto Tour de Francia. El ciclista navarro, además, los logró todos de forma consecutiva, una gesta que hasta el día de hoy nadie ha logrado.
Bernard Hinault, Jacques Anquetil, Eddy Merckx y Miguel Induráin. Cuatro leyendas del ciclismo, los cuatro únicos que han logrado la victoria en cinco ocasiones en el Tour de Francia, seguidos muy de cerca por el británico Chris Froome quien, con cuatro rondas galas en su palmarés, este año podría sumarse a estos cuatro ciclistas en caso de lograr la victoria en el Tour de 2020.
Cualquiera podría decir que después de conseguir estar en lo más alto del podio de París durante cuatro años consecutivos haría que hacerlo una quinta vez resultase más sencillo. Pero nada más lejos de la realidad.
En aquel Tour de Francia de 1995 Miguel Induráin partía de nuevo como favorito, pero era más que nunca el rival a batir. Ciclistas de la talla de Alex Zülle, Bjarne Riis, Laurent Jalabert, Tony Rominger o el propio Fernando Escartín no le iban a poner fácil una victoria que le alzase junto a los mejores de la historia. Además, la organización decidió minimizar las etapas contrarreloj individuales, con 108 kilómetros, diez menos que en la edición de 1994, algo que en principio podría perjudicar a Induráin, ya que era en ese terreno donde destacaba sobre el resto de corredores.
El 1 de julio dio inicio la 82ª edición del Tour de Francia en la ciudad de Saint-Brieuc, con una contrarreloj individual de 7,3 kilómetros, donde el ciclista navarro del Banesto se dejó llevar, terminando la etapa en 35ª posición, a 31 segundos del ganador, el francés Jacky Durand.
No fue hasta la séptima etapa cuando Miguel Induráin asomaría por primera vez la cabeza y daría el primer estacazo a la clasificación general con un ataque sorpresa camino a la ciudad belga de Lieja.
Al ciclista navarro se le había acusado muchas veces de conservador, de ganar el Tour en la contrarreloj, pero ese día Induráin calló a sus críticos con un ataque a 25 kilómetros de meta aprovechando la tranquilidad del pelotón. El resultado, 50 segundos de diferencia sobre sus más inmediatos rivales y segundo clasificado en la general a 31 segundos del belga de la ONCE, Johan Bruyneel, el día antes de una contrarreloj de 54 kilómetros, donde nadie dudaba que Miguel iba a enfundarse el maillot amarillo por primera vez en aquella edición.
Y así fue. Induráin logró la victoria en la contrarreloj entre Huy y Seraing, pero la sorpresa fue la escasa diferencia de tiempo que logró sobre sus rivales, 12 segundos sobre el danés Bjarne Riis y 58 segundos por delante del suizo Tony Rominger. Había Tour por delante todavía, y apenas 23 segundos separaban a Induráin de Riis, el que parecía iba a ser el máximo rival del navarro.
Pero llegó la montaña y llegó Zülle, quien en la general perdía cuatro minutos y medio tras una mala contrarreloj el día anterior, y se convirtió en el máximo rival de Induráin recortándole dos minutos en La Plange, una etapa en la que sufrió el ciclista del Banesto, pero logró conservar el amarillo.
A partir de entonces los intentos de desbancar al navarro fueron constantes, pero Induráin se defendió en la montaña, lo que le permitió mantener e incluso aumentar ligeramente las diferencias con sus rivales más directos, lo que hizo que la penúltima etapa antes de llegar a los campos elíseos, una contrarreloj de 46,5 kilómetros, solo sirviese para que el navarro sentenciase la general. En el podio del Tour le acompañaron aquel año Alex Zülle, segundo a cuatro minutos y 35 segundos y Bjarne Riis, tercero, a seis minutos 47 segundos.
De esta forma Induráin logró la gesta que nadie había logrado hasta entonces, ganar cinco Tours consecutivos, un año en el que también se proclamó Campeón del Mundo de Contrarreloj en su penúltima temporada como profesional.
1991. No estaba entre los favoritos para llevarse la victoria en aquella edición del Tour. Pero tras la contrarreloj de la octava etapa, en la que Miguel logró la victoria por delante de Greg LeMond, ganador del Tour en 1986, 1989 y 1990, el navarro comenzó a tener opciones de lograr su primera grande. Fue en la etapa Jaca-Val Louron, donde el ciclista se escapó en la bajada del Tourmalet y logró enfundarse el amarillo que ya no cedería hasta la llegada a París.
1992. Después de ganar su primer Giro de Italia aquel año, Induráin era el favorito de la edición, y lo demostró en la contrarreloj del prólogo que tuvo lugar en San Sebastián, donde Miguel logró la victoria y se puso de amarillo, un maillot que cedería al día siguiente. En aquella edición, Miguel lograría ganar las tres contrarrelojes individuales, incluida una en Luxemburgo, donde aventajó en tres minutos al segundo de la etapa, colocándose segundo en la general y enfundándose el amarillo a partir de la 13ª etapa hasta la llegada a París.
1993. Favorito y rival a batir. Habiendo ganado ese año su segundo Giro, de nuevo Induráin se puso de amarillo en el prólogo, que cedería dos días después hasta la novena etapa, una contrarreloj individual en la que volvió a romper el cronómetro. En los Alpes y Pirineos el navarro aguantó las embestidas de sus rivales y mantuvo el amarillo, sin embargo, no logró la victoria en la última contrarreloj, previa a París, que ganó el suizo Tony Rominger, que sería el segundo en la general.
1994. De nuevo favorito y con Rominger como gran alternativa a la hegemonía que el ciclista de Villava venía ejerciendo en las tres últimas ediciones. Miguel no logró su tercer Giro en esa temporada, y tuvo que conformarse con el tercer escalón del podio. En esta ocasión Induráin no logró vencer en el prólogo, pero se impuso en la contrarreloj de la novena etapa, logrando el amarillo. El estacazo lo dio en Hautacam, donde aventajó a Rominger en dos minutos. Al día siguiente, en Luz Ardiden, el suizo perdió tres minutos más, y se bajaría de la bicicleta en la 13ª etapa.
1995. El año en el que Miguel Induráin culminó su gesta y logró su quinto y último Tour de Francia, todos ellos de forma consecutiva, el único ciclista de la historia que lo ha logrado hasta ahora. Solo Jacques Anquetil (1957, 1961, 1962, 1963, 1964), Eddy Merckx (1969, 1970, 1971, 1972, 1974) y Bernard Hinault (1978, 1979, 1981, 1982, 1985), han logrado también cinco triunfos en la ronda gala.