a NBA sigue decidida a hacer todo lo que esté en su mano para poder reanudar la temporada 2019-20, interrumpida el pasado 11 de marzo ante la mirada de todo el mundo por el positivo en covid-19 de Rudy Gobert cuando el partido entre los Oklahoma City Thunder y los Utah Jazz fue suspendido con los jugadores en cancha preparados para llevar a cabo el salto inicial, y en la noche del sábado anunció que se encuentra en conversaciones con Disney para usar como cuartel general el complejo ESPN Wide World of Sports ubicado en las cercanías de Orlando (Florida) y que los encuentros puedan retomarse a finales del mes de julio. Tanto la liga como la asociación de jugadores tienen clara la conveniencia de restringir al máximo los viajes de los equipos y llevan semanas buscando una sede única (en un principio se analizó la posibilidad de que fuera Las Vegas) con instalaciones suficientes para albergar de manera simultánea encuentros y sesiones de entrenamientos para las franquicias en liza y que, además, ofrezca suficiente capacidad hotelera.
El complejo deportivo ubicado en Disney World cumple con creces con todos esos requisitos y tampoco hay que obviar que ESPN, de la que Disney es propietaria en un 80%, es uno de los gigantes de las telecomunicaciones con derechos televisivos de la liga estadounidense. El Wide World Sports se extiende sobre una superficie de 89 hectáreas y cuenta con tres pabellones -HP Field House, Visa Center y The Arena-, cada uno de los cuales tiene capacidad para albergar hasta seis canchas reglamentarias de baloncesto, un campo de béisbol, campos de tenis y fútbol y diversas instalaciones de atletismo que pueden ser utilizadas para llevar a cabo todo tipo de entrenamientos. Además, la NBA dispondría de gran parte de la capacidad hotelera de Disney World para sus considerables necesidades de alojamiento.
"Nuestra prioridad sigue siendo la salud y la seguridad de todos los involucrados y estamos trabajando con expertos en salud pública y funcionarios del Gobierno en un conjunto integral de pautas para garantizar que existan protocolos y protecciones médicas apropiadas", recalcó el sábado Mike Bass, director de Comunicación de la NBA. La liga tiene también otras incógnitas que resolver y tanto las franquicias como los jugadores esperan que para el 1 de junio existan ya unas pautas más concretas. Y es que por el momento se desconoce si la competición regresará con la disputa de los encuentros restantes para acabar la temporada regular (entre 19 y 15, dependiendo de cada franquicia) o se pasará directamente al play off por el anillo, algo más factible desde el punto de vista organizativo pero más controvertido por las plazas que aún había en liza. Sea como fuere, la reanudación del presente curso haría que el siguiente no se iniciara hasta diciembre, solapando su final casi con los Juegos Olímpicos si estos se disputan finalmente el verano de 2021 y poniendo en serio riesgo la presencia de sus grandes estrellas en este evento deportivo.
Con las instalaciones deportivas de algunas franquicias ya reabiertas (depende del Estado en el que estén ubicadas) para entrenamientos individuales de carácter voluntario y sin entrenadores, la liga y la asociación de jugadores llevan tiempo negociando para poner en marcha los engranajes de la reactivación. Todo apunta a un periodo de dos semanas de cuarentena para las plantillas, otras tantas de entrenamientos individuales en las instalaciones de cada franquicia y tres semanas de sesiones de trabajo en grupo en el complejo que vaya a acoger los encuentros oficiales. Todo el personal involucrado será sometido a un test semanal para detectar posibles casos de coronavirus y queda por aclarar el protocolo en caso de que algún jugador dé positivo.