- La final de Copa cada vez tiene peor pinta. La Real lo tiene muy claro. Como ha venido declarando en las últimas semanas Jokin Aperribay, el que ha asumido los hilos en la crisis de la pandemia ha sido el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, y el comunicado que emitió la pasada semana no deja lugar a equívoco: "La UEFA insta a las Federaciones y a las Ligas Nacionales a explorar todas las opciones posibles para jugar todas las competiciones nacionales principales dando acceso a las competiciones de clubes de la UEFA a su conclusión natural". Es decir, el problema, más que se vayan a quedar sin la plaza que da acceso a Europa los finalistas si no juegan antes del 3 de agosto, es que están obligados a enfrentarse antes de que se inicie el siguiente curso, en el hipotético caso de que regrese la competición.

La lectura txuri-urdin es reveladora. Pese a que desde la Federación se ha alimentado en las incesantes comparecencias públicas de Rubiales la posibilidad de que se podía retrasar la final a la siguiente campaña, las directrices del máximo organismo de clubes europeo no contempla dicha posibilidad. Es más, la semana pasada fueron varios los periodistas, a los que les están filtrando información desde fuentes federativas, los que aseguraron que en el encuentro que mantuvieron Luis Rubiales, Javier Tebas y la presidenta del CSD, Irene Lozano, se llegó a la entente de que era factible la demora de la final. Incluso el presidente del Athletic, Aitor Elizegi, comentó al respecto, cuando fue preguntado por dicho acuerdo, que "no se planteado otro escenario. Lo hemos tenido clarísimo en las reuniones con la Federación". No se entiende bien que no se produjese hasta ayer, con una información de Marca interpretando un comunicado de la semana pasada que se puede consultar en su página web, el desencadenante de que en las últimas horas se dé casi por seguro que la única opción factible es la celebración del derbi a puerta cerrada.

Lo más sorprendente es que siga sin tomar la palabra ni la Federación, ni la Real y el Athletic. Más aún cuando, después de no parar de hacer declaraciones en el último mes, no salga Rubiales para confirmar si es verdad que no hay ninguna posibilidad. Pero tampoco se puede entender el silencio de ambas entidades mientras sus aficiones cada vez están más resignadas a quedarse sin final. En Anoeta parece que tomaron conciencia antes de que no tenían mucha más opciones, pero hasta antes de ayer mismo, en Ibaigane continuaban creyendo que había posibilidades de jugarse en La Cartuja pese a que Alkorta dejó alguna pista en una entrevista en Onda Vasca: "Una final de equipos vascos sin público sería una faena, pero nos atenemos a los plazos de la UEFA y de la RFEF. Esperamos acontecimientos y escenarios para dar nuestra opinión. Ahora nadie sabe nada". Ayer ya no lo tenían tan claro...

El peor escenario, el más preocupante, es que si no se reanuda la Liga, si nos atenemos a la última directriz de la UEFA y sin que se descarte que haya otro nuevo en breve, no hay que desechar que no se juegue la final. Es lo que se ha decidido en Holanda o en Francia, donde se han suspendido las finales Utrecht-Feyenoord y PSG-Olympique Lyon y han dejado sin la posibilidad de lograr el pasaporte europeo correspondiente a la competición. Eso sí que sería un desastre...